• 01/06/2020 00:00

Gobierno y sociedad tenemos una cuota de responsabilidad ineludible

Luego de más de dos meses cumpliendo con el estricto confinamiento para defendernos del COVID-19, finalmente iniciamos la salida progresiva de la cuarentena.

Luego de más de dos meses cumpliendo con el estricto confinamiento para defendernos del COVID-19, finalmente iniciamos la salida progresiva de la cuarentena. La mayoría sabemos que existe un riesgo real, pero lo haremos esperanzados, convencidos de que es el único camino para recuperar el país, mientras nos cuidamos los unos a los otros, manteniendo las medidas de higiene conocidas y el obligado distanciamiento. Otros, una minoría, que parece criticar de oficio, seguirá difundiendo escritos centrados en lo que el Gobierno ha dejado de hacer, o en lo que está haciendo mal, sin proponer alternativas de solución.

No obstante, aquí todos tenemos una cuota de responsabilidad ineludible. No se puede negar que el Gobierno tiene que mejorar su desempeño en las áreas críticas para el control de la epidemia. Por su parte las empresas privadas tendrán que demostrar que su compromiso va más allá de la búsqueda del enriquecimiento. Y la población tiene que asumir su responsabilidad, cuidarse, redoblando las medidas que conocemos para evitar la propagación del virus, a la vez que se mantiene vigilante del desempeño de las instituciones. Pero no es la hora de la crítica destructiva, sin que ello signifique que vamos a abandonar el control social de la gestión.

Todos sabemos cuál es el camino para controlar esta epidemia, que ya ha dejado más de 13 mil enfermos y ronda las 350 defunciones; pero tenemos que transitarlo juntos, preguntándonos todos los días qué tenemos que hacer para contener la transmisión de esta enfermedad. No olvidemos que este virus vino para quedarse. Y así como nosotros tenemos una responsabilidad compartida, el enemigo tiene la tarea de seguir buscando personas susceptibles para infectarlas, y continuará extendiéndose entre la población hasta que haya suficiente inmunidad entre nosotros. Me refiero a continuación a las principales responsabilidades del Gobierno y las empresas, dando por descontado que los ciudadanos sabremos cuidarnos y cumpliremos con nuestra parte para no volver al confinamiento.

Les toca a las autoridades de salud fortalecer su capacidad para cumplir con su función de vigilancia de salud pública, investigación y control de riesgos y daños. Esto requiere ante todo de una efectiva coordinación entre las instituciones del sector, para llevar a cabo las tareas de contención de la epidemia. No obstante, esta coordinación no ha sido la mejor, como lo demuestra el hecho de que por varios días consecutivos el Minsa reporta que los datos de la CSS no llegan a tiempo. Esto causa un represamiento y acumulación de casos y perjudica el oportuno rastreo y detección de los contactos, que es la actividad central para controlar la epidemia.

Por otro lado, aunque estamos mejorando, debemos mantener la efectiva masificación de pruebas de laboratorio, para detectar los casos nuevos, rastrear a sus contactos, aislarlos e informar en las primeras 48 horas. Las pruebas deben ser más de 1500 por día, hasta tener menos del 10 % de resultados positivos. En esta etapa, aunque sabemos que el virus está circulando libremente por todo el país, debe prestarse especial atención a los posibles y comprobados conglomerados (clúster) y a los corregimientos donde existen más carencias. Es de esperar que los equipos del Minsa y la CSS se encuentren en este momento haciendo exámenes para detectar casos positivos entre sintomáticos y asintomáticos.

También esperamos que el sistema de servicios de salud mantenga la capacidad de resolución suficiente y necesaria para atender de forma oportuna y con calidad a las personas que lo requieran. No puedo omitir en este sentido, la necesidad de poner a funcionar cuanto antes el hospital modular. Y no menos importante será la comunicación permanente, de forma sistemática y transparente a los ciudadanos. No es la hora de pasar agachados, la población quiere escuchar a sus autoridades rindiendo cuentas todos los días.

Finalmente, el Gobierno y las empresas privadas deberán velar fielmente por el cumplimiento de las medidas que se deben implementar para proteger a los trabajadores en las empresas que están volviendo a sus actividades usuales. El modo está descrito en el Protocolo de Reapertura Económica de Panamá y, como afirma la Cciap, si se acatan todos los lineamientos dictados por Minsa para mitigar la propagación del coronavirus, se avanzará con la reapertura de los otros bloques.

Fundamental para garantizar la protección de los trabajadores y clientes por igual, será la conformación de un comité encargado por evaluar críticamente todas las políticas y protocolos de regreso al trabajo, valorar las intervenciones de seguridad de la fuerza laboral y revisar y refinar los procesos después de la implementación. Debido a que cada día trae nuevos desarrollos en la lucha contra COVID-19, este equipo debe estar informándose de forma permanente para ayudar a una empresa a adaptarse y reaccionar rápidamente.

Evidentemente que el cumplimiento de las medidas establecidas en este protocolo requerirá del compromiso de las empresas; de la capacidad del Minsa para ejercer con eficacia sus funciones regulación, fiscalización y control del cumplimiento de las medidas y; de la participación efectiva de los trabajadores en el proceso.

Médico, exrepresentante de la Organización Mundial de la Salud (OMS).
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