• 04/12/2020 00:00

Cobertura Universal de Salud: ¿cómo podemos alcanzarla?

En sus discursos para convocar formalmente al Pacto del Bicentenario “Cerrando Brechas”, el presidente precisó la Cobertura Universal de la Salud, privilegiando la promoción de la salud y la prevención de enfermedades, como uno de los temas relevantes a tratar.

En sus discursos para convocar formalmente al Pacto del Bicentenario “Cerrando Brechas”, el presidente precisó la Cobertura Universal de la Salud, privilegiando la promoción de la salud y la prevención de enfermedades, como uno de los temas relevantes a tratar. Esta exhortación del primer mandatario es de gran importancia para los panameños, pues, para la mayoría de los ciudadanos de recursos financieros escasos o limitados, la Cobertura Universal de Salud en Panamá no pasa de ser una ilusión que no ha sido posible, a pesar de las promesas de los políticos de turno y de los miles de millones de balboas que tienen disponibles cada año nuestras instituciones públicas de salud.

En ese sentido, los panameños debemos aprovechar la convocatoria que nos hace el presidente, ofreciendo nuestros aportes objetivos y basados en evidencias, para que la cobertura universal de salud sea igual para todos en todos los lugares, y deje de ser un privilegio reservado para aquellos que pueden pagar por la atención en una clínica u hospital privado. La propuesta debe garantizar importantes beneficios para la salud de las personas; y para el país, en términos de bienestar y desarrollo de la población y contribución al crecimiento económico.

Pero ¿cómo podemos alcanzarla? Estamos hablando de una nueva situación en la que todas las personas tendrán acceso a un conjunto completo de servicios de salud, oportunos y de buena calidad, incluida la promoción, la prevención, el tratamiento, la rehabilitación y los cuidados paliativos. Esta nueva situación también debe garantizar protección frente a los riesgos financieros derivados de la asistencia sanitaria.

Esta garantía de acceso a servicios de salud de calidad y gratuitos, requiere de un debate, que espero sea prolijo, sobre las tres dimensiones de la cobertura universal: ¿quién está cubierto?, ¿qué servicios están incluidos?, y ¿cómo se financia?; teniendo presente, eso sí, que, avanzar hacia esta cobertura universal, implica un proceso de realización paulatina. Se trata de lograr progresos en los tres frentes y para todas las personas en todos los lugares.

No obstante, habrá que buscar el mejor equilibrio entre las tres dimensiones del proceso, ya que el progreso a lo largo de solo una dimensión podría afectar a las demás. La experiencia internacional ha demostrado que, ningún sistema de salud puede pretender cubrirlo todo para todos: cada país tiene que encontrar soluciones de compromiso a la hora de definir qué servicios se van a prestar, a quién y con qué nivel de asequibilidad.

Especial relevancia tiene para el logro de la cobertura universal de salud, las siguientes condiciones: el mejoramiento de la organización de los servicios de salud, desarrollando un modelo de atención de salud, centrado en las necesidades de personas y las comunidades; el fortalecimiento del primer nivel de atención mediante el desarrollo de equipos de salud multidisciplinarios y redes integradas de servicio de salud; la definición de los mecanismos para garantizar la coordinación efectiva de las instituciones de salud, para conformar las redes integradas de servicios de salud, superando la fragmentación actual del sistema, y; el desarrollo de la necesaria coordinación intersectorial para abordar los determinantes sociales de la salud.

Entonces, nos queda el espinoso asunto del financiamiento oportuno y suficiente, para garantizar la cobertura universal de los servicios de salud que requiere la población, en particular: ¿cómo recaudar suficientes recursos financieros para sufragar los costos del sistema de salud?, y cómo aglutinar de forma eficiente estos recursos?

Sobre el tema de la recaudación, es de vital importancia la negociación entre el Ministerio de Salud, el de Economía y Finanzas, y la Caja de Seguro Social, ya que las tres instituciones comparten el reto de obtener fondos suficientes y de utilizarlos de forma eficiente para atender la creciente demanda de servicios de salud por parte de la población. Sobre el asunto de la gestión efectiva de los recursos financieros; el Grupo de trabajo de la OMS concluye que la “mancomunación de recursos financieros es la mejor opción para poder satisfacer las demandas cada vez mayores de cobertura de servicios”. En nuestro caso, nos estaríamos refiriendo claramente a la creación de un “Fondo Nacional de Salud” (superando la actual Segmentación) alimentado por los fondos provenientes de los impuestos, vía presupuesto del Minsa y los fondos de la Caja de Seguro Social. Esto, junto con la creación de una sola Red de Servicios (superando la actual fragmentación), requerirá de mucha negociación entre todos los afectados.

No menos importante que todo lo anterior, será fortalecer la capacidad de Gestión Pública, eliminando la injerencia de los intereses políticos y económicos y gremiales. O, en el mejor de los casos, administrando esta injerencia para el logro de los objetivos de salud, es decir, haciendo una gestión “tecno-política”, pero estratégica, efectiva, transparente y enfocada en la equidad. Es la condición indispensable para alcanzar la Cobertura Universal.

Médico, exrepresentante de la Organización Mundial de la Salud (OMS).
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