• 03/05/2021 00:00

Un asunto de prioridades

“Todo el dinero que el mundo gasta en armas debería servir para estar varios pasos por delante de eventos como la presente pandemia”

Si han seguido las noticias internacionales sobre la pandemia, sabrán que en la República de la India la situación ya no es crítica, sino, desastrosa. Las cifras sobre la COVID-19 del viernes pasado superaron los 18 millones, con un récord mundial de 379 257 nuevas infecciones diarias y 3645 nuevas muertes, según los datos del Ministerio de Salud, el mayor número de muertes en un solo día desde el inicio de la pandemia. Se daban cremaciones masivas, no tenían suficiente oxígeno y el sistema de salud colapsaba “apocalípticamente”, como lo describió un medio internacional.

La India es el segundo país más poblado del mundo, con cerca de 1,38 mil millones de habitantes, según cifras del año 2020. El Banco Mundial estimaba que 86 millones de personas vivían en pobreza extrema. El Pew Research Center, recientemente, publicó un artículo de Rakesh Kochhar, en donde señaló que “… se estima que el número de personas pobres en India (con ingresos de $ 2.00 o menos al día) aumentó en 75 millones debido a la recesión del COVID-19”. Rakesh también detalló que: “antes de la pandemia, se anticipó que 99 millones de personas en la India pertenecerían a la clase media mundial … Un año después de la pandemia, se estima que este número ha sido de 66 millones, reducido en un tercio. Mientras tanto, se prevé que el número de pobres en la India alcance los 134 millones, más del doble de los 59 millones previstos antes de la recesión”.

No es secreto la alta calidad de los científicos indios en todos los campos del saber, en particular las ciencias médicas. Agregan un inmenso valor para los programas de desarrollo tecnológico en las más importantes empresas tecnológicas alrededor del mundo. Pero con los desafíos de pobreza que ha enfrentado a lo largo de las décadas, es natural que se cuestione sus prioridades en el uso de sus recursos económicos. Veamos dos aspectos cruciales: su gasto militar y su programa espacial.

Me he tomado el cuidado de ilustrarme sobre las amenazas y las escaramuzas histórico-bélicos de la India con Pakistán y China, con quienes mantiene disputas limítrofes. Sobre los argumentos que esgrimen para justificar su gasto en armamentos, y en particular, la tecnología nuclear para la guerra. La India es uno de nueve países que se conoce poseen armamentos nucleares. El International Campaing to Abolish Nuclear Wepons, ganadora del Premio Nobel de la Paz 2017, publicó un informe titulado: “Enough is Enough: 2019 Global Nuclear Weapons Spending”, en donde cita a Hans Kristensen y Matt Korda (Status of World Nuclear Forces), quienes señalan que: “Se estima que India tiene 150 armas nucleares, puede lanzar armas nucleares desde misiles terrestres y probablemente desde aviones, y está desarrollando una capacidad nuclear lanzada desde submarinos”. El programa de la India se estima en, por lo menos, 2.5 mil millones de dólares anuales y su presupuesto de defensa para el 2020 fue de aproximadamente 65.8 mil millones de dólares. Es el cuarto ejercito más grande del mundo.

La Organización de Investigación Espacial de la India cuesta aproximadamente 4 mil millones de dólares anualmente. Había planificado hace dos años su primera misión espacial tripulada para el año 2022, a un costo estimado de 1.43 mil millones de dólares.

Ante los gastos presentados, es lógico el cuestionamiento sobre las prioridades y sobre la incapacidad de controlar la segunda ola de contagio a un año de pandemia. La situación representa una amenaza para el resto el planeta y para los países y regiones que de alguna manera han ido controlando la expansión del virus con sus programas de vacunación. Esa es la mayor preocupación de los organismos internacionales con respecto a lo que ocurre en la India.

Pero igual, la India es solo uno de varios países “líderes nucleares y militares” en la misma situación, Estados Unidos ha tenido sus retos con el virus. Todo el dinero que el mundo gasta en armas debería servir para estar varios pasos por delante de eventos como la presente pandemia. Cualquier creación del hombre por amenazar, destruir o aniquilar la especie (tal vez, todas las especies sobre la Tierra), es señal de la más grande de las cobardías humanas: el miedo o la incapacidad de sentarnos a resolver nuestros problemas como lo que creemos que somos…, seres racionales.

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