• 11/03/2023 00:00

Julio Yao: '¡Llegaron los carnavales!'

“... “¡Llegaron los Carnavales!”, de Julio Yao, es una décima con redondilla, modalidad con la cual ha ganado tres concursos nacionales en 1998, 1999 y 2000, [...]”

La bien lograda décima de Julio Yao Villalaz, con gran visual profética, proyectó magistralmente hace 58 años (febrero de 1965), nuestras propias preocupaciones en reciente aporte periodístico titulado “Aberraciones carnavaleras” (LEP, 24 de febrero de 2023).

Señalábamos que en la actual fiesta de la carne muchos participantes evidenciaron conductas al margen de la moral y las buenas costumbres.

“¡Llegaron los Carnavales!”, de Julio Yao, es una décima con redondilla, modalidad con la cual ha ganado tres concursos nacionales en 1998, 1999 y 2000, convocados por la Asociación Nacional de Poetas de la Décima (Anapode) y la Unesco.

Julio Yao Villalaz nació en Pocrí de Aguadulce, tierra de grandes escritores, como el poeta Demetrio “Meco” Fábrega, el novelista Ramón H. Jurado, el escritor y médico Augusto Fábrega y el Dr. Carlos Alfredo López Guevara. Pero su alma campesina la nutrió en Tonosí y Guánico, provincia de Los Santos. Su apellido materno lo ubica en La Villa de Los Santos.

La poesía de Julio pinta la contracara social de los carnavales, donde las “comparsas de harapos” no pueden ocultar el dolor de la pobreza ni la tristeza del dios Momo, que se juma en la cantina y “llora a raudales”.

Sus poesías han merecido comentarios de varios escritores.

El intelectual y luchador social de Colombia, José Luis Díaz Granados escribió:

“Esas cuatro décimas encarnan los cuatro puntos cardinales de la dignidad, la decencia y la resistencia del pueblo panameño y de Nuestra América” y recalcó sobre las mismas:

“Formidable fuerza poética, entre mascaradas y lágrimas, estas décimas del autor panameño nos identifican a plenitud con su rica verbalidad y su sostenida convicción revolucionaria”.

Por su parte, Ramón García Rodríguez, intelectual peruano, se dirigió así al poeta: “Estimado, Julio Yao Villalaz: ¡Gracias, gracias mil por sus Décimas Carnavalescas! Muy cierto que “tras la dicha pasajera vendrán amargos sabores”.

Rosina Valcárcel, primera poetisa del Perú, exclama: “El arte de Julio Yao me conmueve”.

El poeta del Perú, Winston Orrillo, nos dice: “Julio Yao es un exquisito poeta y luchador social”.

El panameño Isaías Madrid, psicólogo clínico, manifestó: “¡Qué belleza, hermano; qué arreglo de simetría perfecta!”.

Ricardo Alba, gran patriota panameño, manifestó:

“Estos versos tienen el alcance social de los poemas de Demetrio Herrera Sevillano: “Cuartos” y “Paisano mío panameño”. Voy a divulgarlos ampliamente”.

Dayra Moreno, “La muñeca que canta”, envió el siguiente mensaje de Bredio “el Yuyo” Jaén, autor de “El bracito”:

“Excelente, Panamá, por tener gente que destaca en tu folclor y te ama. El profesor Julio Yao escribe con el corazón, y Dayra adorna sus versos con su canto”.

Francisco “Paco” Moreno, escritor español, radicado entre nosotros:

“Estimado don Julio: Si tiene recogidos sus poemas en algún libro, dígame cómo puedo adquirirlos, pues son de lo mejor que he leído y me gustaría conservarlos”.

Ana Elena Porras: “Siempre me sorprenden tus versos, Julio. A veces, tierno; otras, épico; hoy, ¡erótico! Y cada vez con elegancia y excelencia literaria insuperables”.

Opina nuestra laureada poetisa, Moravia Ochoa López:

“He aquí un poema. Muy bello. Fuerza y verdad, estilo personal, sentimiento expresado desde su yo profundo. No hay calcos. Es usted toda una novedad en la poesía panameña. No hay palabra vacía. Extraordinaria fuerza en su poesía. Toda una revelación.

“Belleza, emoción, entrega íntegra y hermosa. Mucha metáfora, figura surgida con gran propiedad. No se parece a nadie. Una voz y varias. Sorprendente. No hay ficción, No hay lirismo vacío. La metáfora llega y se instala. Cada línea nos llega con estupenda carga de belleza. Su estilo sorprende.

“Su decir es suyo. Calco no hay. Debió publicar desde siempre. No cambie nada. desde el primero al último verso es bello. Gran capacidad. Dicen que el poeta nace... No hay palabra simple, vana, torpe, vacía, improvisada. Todas caen en lugar perfecto. Sencilla pero luminosa.

“Según como se moldee o diga, lo común deja de ser común. Es lo que veo en este escrito suyo. También en el soneto que una vez hizo andar por estas redes. La palabra sencilla halla su lugar y lo transforma.

“Espero sepa diferenciar la respuesta a su recomendación para que salga del ostracismo”.

Pero dejemos que el lector saque sus propias conclusiones:

Llegaron los carnavales / con su comparsa de harapos / bajo escandalosos trapos / Momo llorando a raudales.

El pueblo, que está cansado/ de padecer sin reposo, / ansía horas de gozo/ en su vivir endeudado; / y aunque al pueblo lo han privado/ de cosas elementales, / prefiere gastar sus reales/ olvidando sus cadenas/ pues, para aumentar sus penas, / ¡LLEGARON LOS CARNAVALES!

Callará el pueblo su lengua/ rumiando infeliz mendrugo/ si bien su eterno verdugo/ no descansa ni da tregua. / Irá el rico en una yegua/ con su procesión de “sapos” / y al pueblo darán sopapos/ desde el usurpado lomo: viene llorando dios Momo/ CON SU COMPARSA DE HARAPOS.

El pueblo, preso de histeria, / se vengará en la avenida. / La rabia con la bebida/ se jumarán en su arteria. / En un toldo, la miseria/ su danza de esparadrapos/ iniciará entre guiñapos/ y máscaras de muñecas, / ahogando sus torvas muecas/ BAJO ESCANDALOSOS TRAPOS.

Tras la dicha pasajera/ vendrán amargos sabores. / Retornarán los dolores/ después que la risa muera. / Las estufas de la espera, / apagados sus fanales! / soñarán con los cereales, / el pan, la carne y la harina, / mientras bebe en la cantina/ MOMO, LLORANDO A RAUDALES.

Escritor, poeta y periodista.
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