• 22/07/2009 02:00

Adiós a un amigo

El golpe de Estado del general Paredes contra el presidente Aristides Royo tenía, entre otros objetivos, acabar con el torrijismo, porqu...

El golpe de Estado del general Paredes contra el presidente Aristides Royo tenía, entre otros objetivos, acabar con el torrijismo, porque aspiraba a ser el candidato de consenso de la burguesía para las elecciones de 1984, para lo cual era necesario complacer a los sectores económicamente dominantes. Los ataques de los sectores conservadores, desde dentro y fuera del nuevo gobierno, contra el movimiento popular y sus representantes, incluyendo su intelectualidad, no se hicieron esperar.

Contra los profesionales egresados del campo socialista se desató una campaña de desprestigio, por el solo hecho de haberse graduado en países con sistema político diferente al de Panamá. Cuando la mayoría de los medios de comunicación se hicieron eco de esa campaña anticomunista enfermiza contra ese selecto grupo de profesionales de diversas áreas del saber, surgieron voces solidarias que, a su manera, rompieron ese cerco, permitiendo a los afectados comunicarse con el resto de la sociedad panameña y en un debate de altura demostrar que las acusaciones infundadas tenían ribetes políticos, en detrimento de la nación.

En los medios impresos no se había alcanzado logro alguno, hasta que en El Siglo , en la contraportada, ocupando gran espacio, se informa de la visita del rector de la Universidad Patricio Lumumba de Moscú, Unión Soviética, Dr. Stanis, y de las actividades organizada por los egresados de los centros de estudios superiores de los países socialistas. La noticia, firmada por Joaquín Maizón, periodista a quien solo conocía por su participación en la radio, llenó de regocijo y entusiasmo a quienes tuvieron oportunidad de leerla, pues, era objetiva y hacía justicia a ese grupo de panameños al cual se le había negado en otros medios incluso el derecho a réplica.

Una mañana, estando en la cafetería de Humanidades de la Universidad de Panamá, un señor muy amable se me acercó y me preguntó mi opinión sobre la noticia y le expresé mi alegría y satisfacción por la misma, así como de mis compañeros, al igual que mi agradecimiento al periodista a quien no tenía el placer de conocer personalmente. Se sonrió, se presentó y a partir de ese momento donde nos encontramos nos saludamos cordialmente y en diversas ocasiones, en ejercicio de su profesión, me entrevistó como periodista de El Siglo y luego de TV-2.

Joaquín Maizón nos extendió la mano sin esperar nada a cambio, hizo lo que su conciencia le dictó. Creyó en su profesión y se dedicó a buscar la verdad independientemente de las consecuencias. Con tristeza recibimos la infausta noticia de su repentina desaparición, por lo que aprovechamos la ocasión para públicamente expresar a sus familiares nuestro más sentido pésame por el fallecimiento de quien nos brindó su apoyo y ejerció con devoción su profesión, para ejemplo de las nuevas generaciones de comunicadores.

Con su desaparición, el periodismo panameño ha perdido un baluarte de la profesión y la comunidad panameña, a uno de sus voceros. Paz a su tumba.

*Catedrático de Derecho Constitucional / Egresado de la Universidad Patricio Lumumba, Moscú, Unión Soviética, 1982.opinion@laestrella.com.pa

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