No, no estamos en carnavales, aunque hay muchos panameños que desearían que si lo estuviéramos, pues durante esos días se hace un derroche de agua impresionante, dado el hecho que el evento denominado “culecos” que nace en el interior del país, se ha ido popularizando por todo el país.

Pero ese no es el tema de hoy. Estas personas que añoran la época del carnaval son tan variadas y viven en áreas tan disímiles que no pareciera entenderse el porqué de dicha escasez de agua a nivel nacional.

Hay quienes pensamos que una de las razones de este problema, son las nuevas barriadas que se han venido desarrollando a lo largo y ancho del país. Cuando sus planos van a aprobación por parte de los municipios, a todos se les aprueba el desarrollo, sin embargo, pareciera que se aprobaran viviendas que no van a requerir este líquido tan importante para todo en la vida; pues somos testigos que una vez se inaugura un barrio nuevo, empiezan los cierres de calles, pues no tienen el agua prometida.

No concibo que haya personas que viven, por ejemplo, en Panamá Oeste, que aparte de levantarse muy temprano para ir a su trabajo, deban sacrificar una o dos horas más de sueño, para esperar recoger “algo de agua”, pues las respectivas válvulas solo se abren en un horario específico. ¡En buen panameño esto es una canallada!

Aparte que estas personas no rinden igual en sus labores, implica una afectación en la salud de jóvenes y adultos que se ven deteriorados por esta situación.

La solución mágica en algunos gobiernos anteriores fue el despacho del agua a través de del mismo sistema de distribución que se usa, precisamente en los carnavales. Carros cisterna que depositan agua ya sea en cubos, ollas o, en aquellas barriadas donde tienen un tanque de grandes dimensiones, en estos. Evidentemente esta agua no es tan purificada como la que debería salir de los grifos de las viviendas, nuevas o no tan nuevas.

Para muchos no fue sorpresa que en varios casos, este “negocito” resultaba muy productivo y que era promovido, ¿adivinen por quienes? Servidores públicos electos para promover leyes y supervisar a los funcionarios. Obviamente estos se protegían entre ellos y no me extrañaría que aún este sistema persista y se mantenga dentro de las mismas manos. ¡Esto no es justo!

Se construyen potabilizadoras de agua que no tienen acceso a las tomas de agua y peor aún, no se les instaló el servicio eléctrico que requieren para funcionar. Esto me suena como a la que inauguró un puente para cruzar el canal, pero no se podía llegar al mismo. Es más, la misma potabilizadora que suple a la mayoría de la ciudad capital y alrededores, no cuenta con una planta eléctrica propia que le permita seguir operando cuando ocurren los constantes apagones que se presentan en la ciudad.

Con todo esto en mente, cuando el Canal de Panamá anuncia, no hoy ni ayer, varios años atrás, que se necesita de un nuevo depósito de agua para suplir las necesidades tanto de las ciudades de Colón y Panamá, así como para seguir operando el nuevo canal, que es el que más beneficios nos representa a los panameños, hay quienes se oponen al mismo.

No creo que sea justo, que habiéndose prevenido que esto se tenía que hacer, que se han previsto las medidas de amortiguamiento y soluciones de vida para quienes viven en las posibles áreas afectadas, aún haya quienes quieren que no se desarrolle este proyecto.

¿Cuándo hemos escuchado que lo que hace el canal se haga de manera solapada, chueca o bajo la mesa? El Canal de Panamá, ha sido, es y seguirá siendo un ejemplo de como el gobierno debería operar y principalmente por, excepto un período, mantenerse alejado de la política. ¡Tenemos que confiar en nuestros canaleros!

Según varios de los detractores tenemos agua, pero no debemos usarla. Como dice un amigo mío, si el Canal de Panamá original, fuera propuesto hoy en día, también aparecerían quienes se opondrían a su construcción y desarrollo. Los panameños vivimos de frente al mar e irónicamente no le sacamos todo el provecho que se puede.

Recientemente renació el interés de la operación de un nuevo puerto en la ribera del pacífico del Canal de Panamá. Estamos atrasados con esta pieza del gran rompecabezas de logística que seguimos construyendo, poco a poco, pero por el mejor camino posible.

Apoyemos la inversión que se ha hecho a orillas del Canal de Panamá y saquémosle el mejor provecho a una industria que aún sigue incipiente en este país y que seguramente siempre se divertirá con el “agua, agua, weeee” del inolvidable Pedrito.

*El autor es analista político y dirigente cívico
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