• 22/06/2009 02:00

Alto a la crónica roja

Una práctica negativa se ha entronizado en nuestra TV y/o medios de comunicación, al adoptar como norma el presentar hechos de violencia...

Una práctica negativa se ha entronizado en nuestra TV y/o medios de comunicación, al adoptar como norma el presentar hechos de violencia, sangrientos, dramáticos, accidentes de tránsito, peleas domésticas, riñas entre vecinos, y todo lo que antes era vedado a esos medios.

Es injusto que cada espacio de noticias que conlleva aproximadamente 38 minutos, más de 20 sean utilizados para resaltar lo negativo de nuestra sociedad y a minimizar el esfuerzo de las autoridades ante la delincuencia, porque la repetición de estos hechos magnifica eventos insignificantes. Un asalto a un chino, peleas de homosexuales, riña entre vecinos, un par de borrachos, un accidente de tránsito, un robo, un asalto y lo mas triste se invade el terreno personal de las familias cuando se registran los sepelios de personas, presentándole a todo el país una situación que tiene un ámbito reducido en el seno de una familia. Estos programas antes dedicaban espacio a promover valores éticos, morales, culturales y a registrar hechos positivos del país que aspira a superar escollos y alcanzar metas para mantener su crecimiento.

En muchos países del mundo en términos de periodismo existe una rama especializada conocida como “crónica roja” especialidad que también requiere, para su tratamiento y difusión de medios de comunicación social especializados. La práctica se convierte en una estafa a los anunciantes y publicitarias, pues, se paga varias veces por la misma información.

En términos generales nuestra televisión ha caído en una sequía profesional, porque también se han incrementado los espacios que denominan “de producción nacional” , que son una vitrina a los charlatanes, esquilmadores y estafadores de las mal llamadas ciencias ocultas, a dizque presentadoras que exhiben sus pechos siliconizados, maquilladas como cabareteras, y enfundadas en vestidos de 4.95, pero que se esmeran en sentarse de forma lujuriosa, en una carrera por presentar posturas ridículas que ellas definen con eróticas. También aparecen presentadores con una dudosa proyección masculina.

En medio de toda esta interminable y criticable costumbre se comienzan a levantar voces de protesta de una sociedad que aspira a poder ver las noticias, sin los sobresaltos que la televisión de hoy nos ofrece.

Inclusive otros medios que no han adoptado esta práctica ya se pronuncian a favor de una pronta rectificación. Ya presentadores como Juan Carlos Tapia, La Estrella de Panamá , La Prensa , el Panamá América , emisoras y varios canales de televisión han comenzado a sumar esfuerzos para acabar con tanta chabacanería y ordinariez que a diario tenemos que soportar en el país.

El bajo nivel que mantienen estos medios y programas supuestamente estelares, que lo único que hacen es engordar ficticiamente el bolsón de hechos violentos, lleva a muchos panameños a pensar que lo que están es exaltando la violencia y contribuyendo a su incremento mediante la ruptura de una norma que tipifica estas acciones como apología del delito , y exaltación del crimen y la violencia.

Es tiempo ya de que nuestras autoridades y la mal llamada sociedad civil, grupos cívicos y entes morales, se pronuncien con valentía y carácter sobre ésta situación que están protagonizando los dos consorcios televisivos del país y dos pequeños de reciente data.

-El autor es periodista.erluga@cwpanama.net

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