Becas, IFARHU y burocracia

Mi Alma Mater de maestría y doctorado, la Universidad de Arkansas, está en Fayetteville, un pueblo hermoso ubicado en las montañas Ozarks cerca del sitio “tres puntos” donde coinciden Oklahoma Arkansas y Missouri. Cerca está el famoso parque nacional del Río Búfalo. Muchachos, disfruten un día en canoa a lo largo del río, pero cojan condiciones desde ahora.

Recuerdo que el día que fuimos, de regreso todos los estudiantes dormíamos destruidos, mientras nuestro profesor de Ecología, el legendario Dr. James Edwards, manejaba. Yo de mala llegué a casa, iba casi arrastrando los pies. A esa hora 5 pm el profesor sesentón de Ecología salió a trotar por el pueblo, mientras todos lo mirábamos incrédulos. Habíamos partido para el Río Búfalo a las 5 am en punto, y este campeón de la tercera edad iba tranquilamente subiendo la loma de Dickson Street a todo trote.

Para sostener mi estadía en Fayetteville pedí un préstamo al IFARHU. Era tiempo de la crisis norieguista en Panamá. Lo más increíble es que ese préstamo lo terminé de pagar el 13 de septiembre del 2009 y hasta ahora, cinco meses después, no logro que la maraña burocrática del IFARHU deje de descontarme. Las excusas que me dan son increíblemente infantiles. Sencillamente esta gente no hace su trabajo y se la pasa contando pajaritos en el aire, como dice la canción.

El día de su inauguración Ricardito dijo ” Recuerden bien esa palabra BUROCRACIA ”, dando a entender que no iba a permitir que este fenómeno empantanara a su gobierno. Un círculo vicioso de caballo trapichero nos obliga a ser inoperantes por la gigantesca ignorancia de mucha gente que no entiende que las instituciones deben funcionar como una maquinaria eficiente. Este ambiente nos obliga a aceptar este fenómeno como lo normal o terminas ulcerándote el estómago por la conocida frescura del “ funcionario ”. Dedicado a Eduardo Santos Blanco, asesinado por Omar Torrijos H. en Cerro Tute.

*Docente universitario.rramores@yahoo.com