• 01/10/2022 00:00

Café, un producto prioritario

“[...] la FAO ya se encuentra articulando con diversos socios en Panamá, [...], en acciones para sentar bases firmes en la Iniciativa OCOP, que busca apoyar a pequeños cafetaleros panameños [...]”

El primero de octubre es el Día Internacional del Café, pero más que recordar el cultivo del café, esta fecha nos debe recordar a los millones de personas que dependen de esta labor como fuente vital de ingresos y empleo.

Las caficultoras y los caficultores.

Esas familias que representan una población clave para contribuir a enfrentar los efectos de la situación alimentaria actual, al generar con ellos un modelo efectivo para reconstruir un sistema agroalimentario resiliente y sostenible a la nueva realidad.

Diversas publicaciones oficiales en los últimos meses nos han confirmado que hay mucho camino que recorrer y retos que enfrentar en el tema alimentario, como lo son los crecientes índices de sobrepeso y obesidad, además de la persistencia de niveles de malnutrición en zonas rurales e indígenas de la región.

Los efectos negativos ocasionados por el COVID-19, sin duda, han agudizado esta situación complicando el acceso de todas las personas, en particular las personas en situaciones de vulnerabilidad, a una alimentación sana, nutritiva y suficiente.

Esto reafirma la necesidad de fortalecer la política pública para que permita una verdadera transformación, para mejorar la producción y avanzar hacia un sistema alimentario realmente sostenible.

En este sentido, Panamá está trabajando en el impulso del sector agrícola por su impacto sobre la calidad de vida de todos los habitantes del país, con especial atención a las zonas rurales y comarcas indígenas; y a aquellos rubros con mayor potencial para transformar nuestros sistemas alimentarios.

Uno de estos rubros es el café.

Según datos del Ministerio de Desarrollo Agropecuario (MIDA), aproximadamente 450 mil personas dependen del sector agropecuario y, de estas, un 20 % depende de la caficultura.

Aunque el impacto económico del café, incluyendo su cosecha y procesamiento, es inferior al de otras industrias agrícolas, su efecto multiplicador de valor agregado conjunto es el más elevado, teniendo un gran potencial para agregar valor a la economía.

A pesar de que Panamá no es de los grandes o medianos productores en la región, sus cafés, principalmente los llamados “cafés especiales”, entre los cuales destaca la variedad Geisha, han sobresalido en el mercado internacional de los cafés “gourmets” y ha colocado al país en el mapa mundial de productores de café de gran calidad.

Sin embargo, no todos los caficultores en Panamá producen estos “cafés especiales”. Los pequeños productores y agricultores familiares, cultivan variedades menos cotizadas, pero tienen una mayor capacidad de producir volúmenes grandes, y pueden sacar ventaja de este posicionamiento del país en el mundo del café, para incursionar en el mercado internacional de los cafés de Panamá.

Aprovechar este potencial de comercialización para que los pequeños productores puedan verse también beneficiados, constituye un reto fundamental para enfrentar y superar la pobreza rural y garantizar la sostenibilidad de la producción en pequeña escala.

Partiendo de esto, países de América Latina y el Caribe, entre ellos Panamá, se unieron a la Iniciativa Global sobre el Desarrollo de Productos Agrícolas Especiales: Un País, un Producto Prioritario (OCOP, por sus siglas en inglés), impulsada por la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO).

Esta iniciativa analizará la situación actual de un producto, proyectando escenarios futuros, para construir planes estratégicos entre Gobiernos, productores, investigadores, sociedad civil y sector privado.

En Panamá este producto es el café.

Con el acompañamiento al rubro de café en Panamá, la FAO busca establecer prioridades y objetivos a largo plazo, para apoyar la intensificación sostenible de los sistemas agroalimentarios seleccionados.

Y es que sabemos que, a pesar de la importancia que el sector tiene en la vida económica, social y ambiental del país, y de los valiosos esfuerzos que realizan los diversos sectores vinculados al rubro, todavía hay muchos retos relacionados con la competitividad, volatilidad de los precios, así como los niveles organizativos de los pequeños productores y su adaptación al cambio climático.

En ese sentido, la FAO ya se encuentra articulando con diversos socios en Panamá, particularmente el Ministerio de Desarrollo Agropecuario (MIDA); el Banco Interamericano de Desarrollo (BID), la empresa Café Durán y la Fundación Imaginari, en acciones para sentar bases firmes en la Iniciativa OCOP, que busca apoyar a pequeños cafetaleros panameños para impulsar sus productos “desarrollados con prácticas sostenibles e innovadoras” en los mercados globales.

Nuestra visión es que más aliados se unan a este esfuerzo por el impulso de este rubro nacional, estableciendo alianzas entre el sector público; el sector privado productivo; la agroindustria; y los pequeños productores, agricultores familiares y cooperativas de producción, incluyendo las comarcas indígenas.

Juntos podemos fortalecer esta cadena de valor y potenciar la promoción del café panameño, tanto en el mercado nacional como en el internacional. Estamos seguros de que esto producirá un impacto significativo en el resto de la economía del país.

(*) Coordinador subregional de FAO para Mesoamérica y Representación en Panamá.
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