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- 31/10/2012 01:00
Caos
A unque la mayoría de las personas concibe a la palabra ‘caos’ como sinónimo de completo desorden y se asigna conceptualmente a una consecuencia, su noción etimológica alude al estado original, el principio de la existencia y que de él surgió todo lo demás. En la mitología, se entiende como el surgimiento de las deidades principales.
Esta palabra tan corta y que está en el antiguo vocabulario griego para referirse a un hueco, hendidura, cavidad, gráficamente el espacio entre el cielo y la tierra y según algunos autores que explicaron la cosmogonía, se aplica a la castración de Urano, hijo de Gea —la Tierra— y al espacio que dejó este hecho; la bóveda donde se ubicaron la primera gene ración de dioses.
Se entiende modernamente que existe un nexo causal entre los fenómenos; es decir, una cierta lógica y cada evento es una consecuencia de otro anterior. Aquí se presenta una especie de constante y cierta predeterminación. Cuando este desenvolvimiento se rompe y surgen nuevos hechos inesperados, sobreviene una crisis, vacío o surge el estado de caos, que implica la imposibilidad de dominar sus consecuencias.
En la política existe todo un conjunto de estrategias y dinámicas para que la realidad pueda ser controlada mediante una gestión del aparato de Estado o el conjunto de fuerzas que gobiernan, que puede ser un partido o grupo de ellos y los asociados que actúan en su contorno. Mediante instrumentos como la simulación por escenarios, se alcanza a concebir posibilidades a futuro.
Cuando los acontecimientos emergen como resultado de circunstancias especiales y el contexto general de la vida cotidiana, se convulsiona, se dice que estamos ante ‘una situación de caos generalizado’ (redundancia, pues siempre lo es) y es necesario hacer uso de las fuerzas del orden público para devolver la situación a su estado original.
Lo que ha sucedido con la aprobación de una ley para la venta de las tierras sobre las que está situada la Zona Libre de Colón, pareciera una crónica de una muerte anunciada, aquella historia de García Márquez donde todo el pueblo sabía que iban a matar a uno de los individuos, pero él era el único en desconocerlo.
El clima surgido, el proceso de aprobación de la ley en la Asamblea, la promulgación de la norma y el conjunto de relaciones surgida en este contexto, son escenas que se han vivido varias veces en los últimos años y que cualquier equipo de crisis o de análisis político ‘think tank’, como le llaman los especialistas, podría prever.
Y paradójicamente ocurrió lo inesperado —que en este caso es lógico— una conmoción social, que fue aprovechada por los facinerosos para crear un desorden urbano, el saqueo y el atentado contra la empresa privada, que hizo recordar la situación que se vivió luego de la invasión norteamericana en diciembre de 1989.
Quizás surja ahora una interminable secuela de acusaciones sobre las responsabilidades y la autoría del irracional comportamiento de ciertos grupos, como consecuencia de la atmósfera creada por falta de acuerdos entre la cúpula política y un sector de la población, los colonenses, cuyo espíritu de lucha contra la opresión se remonta a la época colonial.
El Gobierno Nacional debería considerar una cronología en la gestión política y administrativa del Estado. ¿Cuáles son las prioridades socioeconómicas y de desarrollo de la nación? Hay iniciativas que ya no van a tener espacio en el periodo actual y se requiere consolidar aquello que se ha logrado, darle sentido lógico para arraigarlo en la conciencia ciudadana.
El caos es original, el orden le sucede; no puede ser al revés.
PERIODISTA Y DOCENTE UNIVERSITARIO.