Controversia en las elecciones del 5 de mayo

Las elecciones del 5 de mayo del presente año tienen características muy particulares, hay 3,041,086 habilitados para votar, 1,511,049 (50.3%) son mujeres y 1,493,034 (49.7%) son hombres; de 31 a 40 años representan el 19.3% de electores, 585 mil ciudadanos, de 19 a 25 años representan el 18.3% ósea 555 mil ciudadanos. Siete mil candidatos participarán en la contienda de este 5 de mayo.

Se elegirán 20 diputados del Parlacen, 71 diputados a la Asamblea Nacional (39 circuitos electorales; 26 son uninominales y 13 plurinominales), 81 alcaldes, 701 representantes de corregimiento y 11 concejales, todos con sus respectivos suplentes, en total se elegirán o renovarán 865 nuevas autoridades.

De los 81 puestos para alcaldes hay 45 que quieren reelegirse, de 71 diputados hay 60% que quieren reelegirse, de 701 representantes de corregimiento, un 87% de los representantes de Panamá y Panamá Oeste aspiran reelegirse. Primará la experiencia en estas elecciones.

Competirán ocho candidatos para la presidencia, esperando lo que dice la CSJ frente a la candidatura de Mulino, donde según las encuestas, que son estudios de opinión sujetos a no reflejar la certeza de los resultados, José Raúl Mulino (RM) marca una intención de voto del 26%, superando a Ricardo Lombana (OC), Martín Torrijos (PP) y Rómulo Roux (CD-PAN) que tienen una intención de votos del 10%, Zulay Rodríguez (LP) con un 6.7%, José Gabriel Carrizo (PRD-Molirena) con 6.5%, Maribel Gordón (LP) con 1.9% y Melitón Arrocha (PAIS) con 1.8%; hay un 19.6% en indecisos. Esta situación obliga, si se mantiene Mulino como candidato, a unirse los candidatos: Lombana, Roux y Martín para derrotarlo. El problema es quien será el principal candidato a la presidencia y su vicepresidente.

Otra visión es que con ocho candidatos para presidencia y 2,250,000 electores, si se dividiera en partes iguales, a cada uno le correspondería un 12.5%, o sea, 281,250 votos, teóricamente se puede decir que el próximo presidente será electo con menos de 300.000 votos. El PRD junto al Molirena tienen una membresía de 800.000 adherentes, de los cuales aspira sacar el 28% y ganar así las elecciones presidenciales. Espera sacar 35 diputados y tener dominio en el Ejecutivo y Legislativo. CD-PA tienen 520,000 adherentes, con un 30% estarían cerca de la presidencia. La alianza RM-PA tienen 285,000 inscritos, lo que le daría una votación de 253,000 o sea un 11% que no le servirían para ganar la presidencia, igual MOCA que tiene 37,163 inscritos, Zulay, Gordón y Arrocha cuentan con baja votación para presidente. PP tiene 21,000 inscritos, lo que le impone adherir votantes del PRD y Molirena, si quiere optar por la presidencia.

Es necesario ver también el papel que juega la estructura del PRD y del Panameñismo, tienen presencia en todo el país y tendrán sus representantes en todas las mesas electorales, asegurando sus votos en todo el país.

Ahora también juega un papel importante el clientelismo que siempre se da en todas las elecciones post invasión. Ese 5 de mayo se definen muchos votos a través de plata, bolsas de comida y guaro. Igualmente hay que tener en cuenta la “ayuda” para las campañas del narcotráfico y de las organizaciones delictivas y sobre todo la injerencia de la embajada norteamericana en determinar alianzas y períodos gubernamentales de candidatos y partidos.

Realmente Panamá tiene unas elecciones muy contradictorias y particulares, el voto muchas veces no lo define el programa del candidato, su ideología política, el partido al que representa; por el contrario, muchos votos se dan por afectaciones pasionales, amiguismo, por pertenencia histórica a un partido político, por promesas de trabajo y por gratificaciones. Ese domingo hay negociaciones grupalmente en los barrios, todos quieren pasar un domingo contento y sabroso. Eso sí, gane el que gane, todos votaron por él, al otro día se lo harán saber y exigirán recompensa.

Tal como evoluciona el mundo y por efecto nuestro país, se hará necesario que todo panameño eleve su nivel político, que permita tener unas elecciones verdaderamente democráticas. Hay que votar a conciencia, sin compra, promesas o pasión, solo así podremos controvertir o apoyar a un gobierno en su gobernabilidad cada cinco años.