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- 03/08/2023 00:00
Decodificando valores: Inmigración
La inmigración forma una parte importante del desarrollo humano, permitiendo el intercambio de conocimientos, genes, además de una mejor adaptación de la persona a su entorno físico y social. La Biblia describe inmigraciones como positivas, desde la salida del Paraíso, Abraham y el éxodo hebreo de la esclavitud egipcia, que incluye la base moral actual de una gran parte del mundo occidental. La inmigración puede ser voluntaria, motivada por razones personales o involuntaria, motivada por crisis, guerras o ideología, como tristemente sucede hasta hoy en muchas regiones del mundo.
A finales del siglo XX, la globalización y el auge del internet permitieron un mejor entendimiento sobre las necesidades de cada sociedad facilitando la inmigración. Pero hoy, la xenofobia, cultivada por la polarización, el postrauma de la pandemia y hasta la inteligencia artificial, dificultan ver los beneficios de la inmigración hasta convertirla en una amenaza. ¿Quiénes son los inmigrantes y cómo deben tratarse?
Aunque es difícil generalizar el “ADN” del típico inmigrante, supongo no pertenecen al estrato de pobreza extrema o al social mediano alto, pues la inmigración reduciría su quizás cómoda calidad de vida. Obviamente, los muy ricos pueden moverse fácilmente, mejorando su calidad de vida, pagando menos impuestos o con menos costos por el mismo estándar de vida. Así solo queda el estrato medio bajo, quienes, asumo, son la mayoría. Serán personas con pocos recursos, pero los suficientes para moverse, esperando vivir mejor, con más oportunidades y seguridad. Pero ese estándar podrá conseguirse solo trabajando duro, por lo tanto, no entiendo cómo la imagen del inmigrante trabajador familiar es retada.
En mayo del 2018 el expresidente Trump describió a los inmigrantes del sur como “criminales, violadores y animales”. Es verdad muchos inmigrantes son personas desesperadas que podrán caer en el crimen, pero no se ha demostrado que su porcentaje sea mayor que los “nativos”. Es más, sugiero que a lo largo de la historia no son criminales las intenciones de inmigrantes. La inmigración es difícil y puede incluir un nuevo lenguaje y nueva cultura a la que debe adaptarse. Así asumo tales “criminales”, como Trump denuncia, dependen más del lugar donde viven, lo que hace su inmigración poco atractiva.
Estados Unidos es el clásico ejemplo de una exitosa reunión de inmigrantes de todo el mundo, motivados por un mismo ideal. Antes de la invasión europea, esta amplia y cómoda tierra estaba menos habitada que el sur americano, permitiendo una más fácil colonización, además de contar con un mejor clima y menos enfermedades. Estas condiciones atrajeron a una clase específica de personas: trabajadoras, idealistas y liberales que escapaban a la densidad y el tradicionalismo europeo. La desértica California, por ejemplo, luego de enriquecer a sus inmigrantes con oro a mediados del siglo XIX, contó con los fondos para desarrollar la costosa y experimental industria fílmica, para luego convertirla en una “mina” por sí misma. Áreas costeras y ricas atraen a aventureros emprendedores, aumentando su potencial de enriquecimiento aún más.
Hasta hoy poblaciones emigran desde el pueblo a la ciudad y de un país a otro. Muchos desde países densos y pobres del este asiático o del sur americano. Los ricos países petroleros árabes han atraído a un sinnúmero de inmigrantes trabajadores de Pakistán, África e India (en los Emiratos Árabes Unidos son el 83 % de su población). Sabiendo que esta riqueza no durará para siempre, ellos ya trabajan para mejorar su imagen mundial, no como los afortunados petroleros, sino como destinos económicos, turísticos y hasta deportivos. Será interesante ver cómo, en unos 60 años, esta ola inmigratoria se convierta en los locales de tercera y cuarta generación.
No creo que hoy en día se entiendan a fondo las profundas consecuencias de las olas de inmigración. Por ejemplo, hace unos años se notó que la minoría africana americana sufre de presión alta, más que la población en general. Un 55 % de los africanos sufre de presión alta igual que todos los demás. Una explicación es que hubo una selección en la importación de sus antepasados esclavos para sobrevivir el largo viaje desde África. Este es solo un ejemplo de cómo la inmigración no es heterogénea con consecuencias impredecibles.
Opino que la inmigración en sí es positiva para la sociedad anfitriona, considerando que sea supervisada. Debe ya regularse el movimiento de bienes y personas desde Colombia. La inmigración forma parte fundamental de la situación humana y toda sociedad anfitriona debe tomarla como un acto moral, que puede mejorar la situación de los locales y no como una amenaza (como en los Emiratos). La bienvenida y recepción organizada de inmigrantes no es solo una decisión económica viable, es también la más correcta, humana y moral.