• 02/12/2023 00:00

A doscientos años de la Doctrina Monroe

[...] estableció que cualquier intervención de los europeos en el continente americano sería considerada como un acto de agresión contra Estados Unidos [...]

La Doctrina Monroe, sintetizada en la frase “América para los americanos”, elaborada por John Quincy Adams y hecha pública por el presidente James Monroe, en el sexto discurso de apertura de las sesiones del Congreso de la Unión, el 2 de diciembre de 1823, hoy cumple doscientos años de vigencia y de poder en las relaciones internacionales de los Estados Unidos.

Inicialmente estableció que cualquier intervención de los europeos en el continente americano sería considerada como un acto de agresión contra Estados Unidos, constituyéndose en un principio clave en la política exterior durante gran parte del siglo XIX.

A principios del siglo XX, el presidente Theodore Roosevelt le dio un nuevo sentido a la doctrina Monroe, su objetivo fundamental fue justificar las intervenciones norteamericanas en los asuntos internos de los países latinoamericanos. A partir de 1904, se practicó la “Política del Gran Garrote” o “El Big Stick”, frase, tomada de un proverbio del África Occidental que dice: "habla suavemente y lleva un gran garrote, así llegarás lejos", la frase mostraba que el régimen de Roosevelt podía presionar a los países latinoamericanos con una intervención armada.

En América Latina comenzaría una ola de dominio político, militar y económico estadounidense, justificada en la marcada extensión del "derecho" de Estados Unidos a intervenir en asuntos de otros países en defensa de los intereses de ciudadanos estadounidenses: en 1906 en Cuba, 1907 en República Dominicana, 1908 en Panamá (después lo harían 4 veces más), 1910 en Nicaragua, 1911 en México, 1912 en Nicaragua, ocupación continua hasta 1933, 1914 en México, 1915 en Haití, se establece un protectorado hasta 1934, 1916 en República Dominicana, ocupación militar hasta 1924, 1918 en Panamá (Chiriquí), 1924 en Honduras, 1925 nuevamente en Panamá, 1926 - 1927 en Nicaragua, 1930 nuevamente República Dominicana, 1933-1934 en Nicaragua, 1941 nuevamente en Panamá. En Argentina, las fuerzas militares derrocaron a la presidenta Isabel Perón (1976), iniciando la dictadura militar del general Jorge Rafael Videla, golpe respaldado y apoyado por el gobierno de Estados Unidos y el secretario de Estado estadounidense Henry Kissinger. En Bolivia,  Estados Unidos apoyó el golpe de Estado de 1971 encabezado por el general Hugo Banzer que derrocó al gobierno militar de Juan José Torres. Régimen que torturó a miles, desapareció y asesinó a cientos, y cerró sindicatos y universidades. Brasil experimentó varias décadas de gobiernos autoritarios, especialmente después del golpe de Estado brasileño respaldado por Estados Unidos de 1964 contra el socialdemócrata João Goulart. En Chile, luego de la elección democrática del presidente Salvador Allende en 1970, Estados Unidos, ordenado por el presidente Richard Nixon, impuso el golpe de estado de 1973, con la participación de la CIA, la dictadura militar de Augusto Pinochet, hasta 1986. En 1961, el dictador de la República Dominicana, Rafael Trujillo fue asesinado con armas suministradas por la Agencia Central de Inteligencia de los Estados Unidos (CIA). Tras el triunfo de Víctor Raúl Haya de la Torre, de izquierda, en las elecciones presidenciales de Perú de 1962, Haya fue depuesto por opositores conectados con la CIA y se estableció la dictadura de Ricardo Pérez Godoy. El gobierno autoritario de Alberto Fujimori y Vladimiro Montesinos fue apoyado por la CIA. Después de 150 años de gobiernos de partidos políticos, comenzó una dictadura cívico-militar en Uruguay (1973-1985) respaldada por Estados Unidos. La democracia se restableció en las elecciones generales uruguayas de 1984. Caso Panamá, el 20 de diciembre de 1989, es invadida (Causa Justa) por EE.UU., disque para capturar al General Manuel Antonio Noriega.

Las intervenciones militares de Estados Unidos, en sus diversas formas, tiene como objetivos la apropiación de recursos estratégicos, el control territorial, la explotación de la fuerza de trabajo, la expansión del modelo económico neoliberal. La estrategia militar incluye: implementación de bases militares, entrenamientos y presencia de tropas en territorio extranjero, inversiones en tecnologías de monitoreo, espionaje y proyectos de infraestructura. Esta estrategia está basada en diversos pilares, desde la intervención directa hasta campañas de propaganda y difamación, pasando por procesos de las llamadas “guerras de baja intensidad”, que promueven la opresión y estimulan la violencia contra poblaciones de baja renta, urbanas y rurales.

Doscientos años de intervención militar en Latinoamérica, lo peor es que se recrudece en estos nuevos tiempos. 

El autor es economista
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