• 16/05/2016 02:03

Familia y desarrollo

‘La familia, amenazada desde su propio seno, no aporta al ‘desarrollo de un mejor mundo ', como señala Ban Ki-moon'

Ayer 15 de mayo se celebró el Día Internacional de la Familia. El secretario general de las Naciones Unidas (ONU), Ban Ki-moon, en su mensaje alusivo a esta fecha, exhortó a que promoviéramos ‘... el desarrollo sostenible mediante la creación de un entorno propicio en el que todos los miembros de todas las edades de la familia puedan desarrollar su potencial de contribuir a nuestro mundo '. La familia es sin duda alguna el primer frente de desarrollo que debe prevalecer con objetivos compartidos de progreso, amor y respeto.

En los últimos años, particularmente con las emigraciones en diversas áreas del planeta, familias enteras han sufrido penurias inimaginables en la búsqueda de mejores condiciones de vida y desarrollo. Los esfuerzos por detenerlos, la resistencia mediante la discriminación y xenofobia, hacen más difícil aún la supervivencia en sociedad.

En esferas sociales un poco más estables, en donde los retos de integración son menos difíciles y amenazantes, no es secreto que las tareas de balance social son de otra naturaleza. Mantener la estructura familiar en estos tiempos es uno de los retos más cruciales para toda sociedad. Las amenazas de descomposición social, como consecuencia de modelos de comportamientos desfavorables e individualistas, hacen casi imposible ejecutar estrategias diseñadas para poner en marcha procesos de cambio que contrarresten las deficiencias sociales.

Pero eso no es todo. De la misma forma en que rechazamos las influencias que a lo largo de estas últimas dos décadas han contribuido al deterioro cultural y social; también vemos con cuidado los modelos de ordenamiento y conducción diseñados en otras esferas, que no siempre van acorde con la idiosincrasia de nuestros pueblos.

Me corro el riesgo de que los científicos conductuales y burócratas sociales que manejan este tema, corrijan mis apreciaciones y me encaminen por la vía de las recetas de manejo de las conductas sociales percibidas como modernas y diseñadas para proporcionarle el lugar y los derechos que se merecen los integrantes del conjunto familiar. Eso está bien, para un país intelectual y culturalmente desarrollado. Pero de igual forma, muchos de los mecanismos modernos que debieran servir para elevar el nivel de desarrollo de los pueblos atentan decididamente contra su bienestar y su futuro.

Solo tenemos que ver lo que los medios de comunicación publican y trasmiten. Cada día alinean sus productos mediáticos con los peores modelos de conducta. Lo que hoy ofrecen como novedoso al público local, es rechazado en otras esferas culturales. Lo que ofrecen es el reflejo de nuestra sociedad que no ha sabido aprovechar los actos y las lecciones pasadas de lucha y orgullo para definir un mejor camino. Y no nos engañemos, así es. Por eso los diarios siguen publicando violencia. Por eso los programas de ‘reality ', malos y faltos en contenido cultural. Por eso la guerra de los ratings de las televisoras. Por eso los noticieros han rediseñado su formato, para trasmitir más violencia; sensacionalizar el mínimo hecho. Convertir cualquier cosa en noticia.

Todo esto influye sobre las estructuras sociales que hoy componen la Nación y tiene una dominio decidido sobre la estructura familiar ya amenazada y enfrentada a otros problemas que busca a diario atender: drogas, embarazos precoces, violencia social, incorporación de nuevos aportes culturales producto de nuestra condición de ruta de tránsito, la lucha decidida contra la discriminación racial y la marginación de los sectores sociales y culturales diferentes, etc. También sirve de ejemplo, casos como las del exdirector de la Autoridad Nacional de Innovación Gubernamental, Eduardo Jaén, cuyos familiares (esposa e hijo) presuntamente están involucrados en delitos contra la administración pública. La familia, amenazada desde su propio seno, no aporta al ‘desarrollo de un mejor mundo ', como señala Ban Ki-moon.

Para construir un mejor país debemos cuidar la estructura familiar. ‘Las familias permanecen en el centro de la vida social garantizando el bienestar de sus miembros, educando y socializando a niños y jóvenes y cuidando de los jóvenes y adultos mayores. Desde una perspectiva política en la aplicación de los Objetivos de Desarrollo Sostenible, tomando en cuenta a la familia, tiene un potencial para acelerar los logros de muchos objetivos relacionados con el bienestar de los individuos ', subraya Ban Ki-moon. Esa aportación debe fortalecer y encauzar a los hijos por un camino de aprendizaje y desarrollo cultural justo, desafiante y positivo.

COMUNICADOR SOCIAL.

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