• 13/03/2024 00:00

¿Hasta cuando el negociado de los inmigrantes por Darién?

Este mercado de esclavos modernos debe terminar, ya que representa un alto costo a nuestro endeudado país

Hace unos días, en un periódico de Panamá, apareció la noticia que decía “en 45 días del año han ingresado al país al menos 54 mil migrantes irregulares” (16 febrero 2024) por la región del Darién. Para cualquier panameño, que quiera a nuestro país, en el cual espera desarrollarse como profesional, formar una familia y ver crecer a sus nietos, es sumamente preocupante, por decir lo menos, dada la amenaza potencial, que estos inmigrantes representan, para los nacionales.

Me imagino que enseguida brincará a la mente, de los justificadores, el “Pro Mundi Beneficio”, crisol de rasas, la construcción del ferrocarril y luego del canal; y quién sabe cuántas cosas más, para justificar la “invasión” silenciosa de extranjeros a la mal llamada “Dubái de Centroamérica”.

Aquí estamos hablando de supervivencia de los panameños, de mejor calidad de vida, disponer de los insumos necesarios para nuestra población, calidad de los servicios básicos, evitar el incremento del índice de criminalidad, etc.

Claro que en Panamá contamos con presencia de muchas nacionalidades, producto de inmigraciones continuas y discontinuas, pero ya está bueno, no podemos continuar sin alzar la voz de protesta, sobre lo que se está dando a través del Darién, sobre todo en los últimos cinco años, porque esto puede traer fatales consecuencias para los panameños.

Una de las mentiras es, que ellos van de paso, y de paso se comen todo lo que encuentran, me imagino los miles de animales silvestres que han sido cazados, para alimentarse durante su trayectoria, pero no he visto ninguna manifestación al respecto, de parte de los “ambientalistas”, mismos que aplauden, cuando un campesino es capturado con varias iguanas que utilizaría para el sustento de su familia, y termina preso por cometer un “delito ambiental”.

Las historias del robo de cultivos y animales de cría, a lo largo de la ruta de migración, son cuantiosas, amén de asaltos y violaciones; pero como buscan “mejorar su condición de vida” no importa, ellos tienen sus derechos. Pero nos olvidamos de los derechos que tienen los panameños residentes en dichas áreas a que se les respetes sus bienes e integridad física, o es que eso no es importante.

Lo triste de todo esto, es que al final no hay nada de humanidad, la cantidad y variedad de nacionalidades que están transitando por lo que queda de las selvas del Darién, a todas luces nos habla de un negociado, establecido por personas (en Colombia y Panamá), cuyo único fin es enriquecerse, sin importarles con los inmigrantes y mucho menos con los panameños.

Este mercado de esclavos modernos debe terminar, ya que representa un alto costo a nuestro endeudado país, además que representa una bomba sanitaria potencial; adicional al incremento de personas inescrupulosas en nuestras calles y ciudades, cuya desesperación se traduce en el aumento de crímenes violentos, destruyendo nuestra inexistente seguridad ciudadana.

A los panameños que están lucrando, les recordamos que, si bien ustedes podrán salir huyendo de lo que quede de Panamá, por la fortuna que han hecho, ustedes tienen otros familiares, padres, hermanos, hijos, nietos etc., que no podrán llevárselos consigo, a los cuales les tocará vivir y sufrir las consecuencias de su negociado con inmigrantes necesitados.

El autor es docente
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