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- 13/10/2022 00:00
‘La historia de mi vida...’, Hellen Keller
El título y nombre con el que inicio este artículo, tal vez, es desconocido para la mayoría de los panameños. Consiste en la autobiografía de una mujer nacida en el seno de una acaudalada familia norteamericana, del siglo XIX, graduada con honores universitarios, activista social, conferencista y escritora. Lo magnífico de su historia: logró todo lo anterior siendo sorda, muda y ciega.
Con la ayuda de su tutora, Ann Sullivan, una veinteañera, con disminución visual, quien se propuso ayudar a niños y jóvenes con problemas similares a los suyos, y quien se convirtió en sus ojos y oídos, alcanzó hitos que muy pocos, aún sin limitaciones físicas, han logrado.
Lo común entre estas dos mujeres, de espíritu indómito, fue que superaron barreras, contando con una privilegiada fortaleza interior, el apoyo de sus familias y el entorno que les rodeaba. Así también con el acceso a la información y a los avances científicos de su época.
El anterior relato, es oportuno, pues hoy, jueves 13 de octubre de 2022, se conmemora el Día Mundial de la Visión. El lema de este año es “¡Ama tus ojos!”. Esta campaña, es promovida por iniciativa de la Organización Mundial de la Salud (OMS) y tiene como objetivo concienciar a las personas de su salud ocular.
Muchas personas tienen la falsa creencia de que no les pasará ninguna situación que pueda mermar su salud, pero la realidad es que nunca sabemos cuándo podemos ser vulnerables ante una situación como esta u otra, que afecte o limite nuestras capacidades. Pese a lo anterior y para sorpresa de muchos, casi todos los seres humanos sufriremos un problema de salud ocular, en algún momento de nuestras vidas; siendo las mujeres las que alcanzamos un porcentaje mayor de pérdida de visual con relación a los hombres.
Esas pérdidas visuales podrán ocurrir, ya sea por enfermedades propias del sentido de la visión, por enfermedades subyacentes y en otro porcentaje, por accidentes.
Cuando nuestros sentidos funcionan sin inconveniente damos por sentado sus funciones, solo cuando algo comienza a fallar le damos la debida importancia.
Sin embargo, hay quienes no conocen otra forma de “ver la vida”, puesto que han nacido con la ausencia del sentido, o lo han perdido por algún accidente o enfermedad, por lo que saben de primera mano que el mundo no está preparado para coadyuvarles a enfrentar su situación y garantizarles un mayor bienestar.
Muchos les ven con lástima y asombro al ver sus gafas oscuras, el uso de lupas o bastones y lo que menos se necesita en este escenario, es la compasión, se necesita el compromiso de procurarles una mejor calidad de vida.
Así está, el ejemplo del fotógrafo español que, a sus 28 años, por una enfermedad degenerativa de la retina, perdió la vista en 96 % y se propuso cambiar su “triste” realidad en una historia de motivación y éxito. Decidió que, si su pasión era tomar fotos, lo seguiría haciendo, solo con un pequeño ajuste... sus fotos ahora serían en relieve. O el pintor de 68 años, que, aunque no ve sus cuadros, pinta para que el mundo aprecie la belleza de la naturaleza. Asimismo, están los casos de músicos y escritores, como: Andrea Boccelli, Ray Charles, José Feliciano, Facundo Cabral, Jorge Luis Borges y tantos otros personajes anónimos que se proponen vencer la adversidad de transitar por mundos grises, borrosos u oscuros “mirando” el panorama con luces largas y ojos distintos.
Sin duda en Panamá, tenemos nuestros propios héroes que han superado y siguen combatiendo una limitación visual, convirtiéndose en paradigmas para otros y que cuentan con el apoyo de familiares, así como con el apoyo de organismos locales o patronatos.
Con lo expuesto se decanta la importancia, a través de este día, de enfatizar que es un asunto de todos velar por el cuidado de la salud ocular, pues es a través de este sentido que captamos las imágenes y las maravillas del universo.
Muchas de las dolencias visuales pueden ser tratados, evitando así que el paciente pierda totalmente la capacidad de ver. Existe un porcentaje de enfermedades degenerativas que afectan la visión, pero la atención oportuna de algunas de ellas ofrece al que la padece una mejor calidad de vida.
Según datos la lectura que he hecho de este tema, en el mundo hay aproximadamente 180 millones de personas con algún tipo de disminución visual, aproximadamente entre 40 y 45 millones son totalmente ciegas.
Muchas personas viven con deficiencia visual, porque no reciben la atención que necesitan para afecciones de nombres extraños y casi impronunciables, por lo que la prevención y el tratamiento garantizan mejores pronósticos de salud si son avistadas a tiempo.
Los procedimientos pueden ser: cirugías, ejercicios visuales, tratamientos con láser, medicamentos, gotas, vitaminas, remedios naturales, consumo de alimentos -como el azafrán y la zanahoria-, la prescripción de lentes o una combinación de estas alternativas.
Es fundamental consultar periódicamente al oftalmólogo para poder detectar oportunamente cualquier problema.
Durante estos días previos a la publicación de este escrito he consultado en diversas fuentes y en su gran mayoría desconocen la celebración de este día, el público en general desconoce los sitios donde puede acudir en caso de enfrentar algún padecimiento visual. Son pocos los movimientos que día a día promueven la importancia de nuestra salud ocular. Esta debe ser asunto diario, no solo de una fecha en particular.
Hay países que van a la vanguardia frente a tratamientos innovadores, por ejemplo, en Chile existe un dispositivo que, a través de la lengua, permite que los ciegos envíen a sus cerebros datos para percibir imágenes. También, está el caso de Israel, que avanza con el estudio de las “nanogotas” para regenerar córneas. En Japón la inyección de células madres, para detener la degeneración macular. Todo esto, sin lugar a duda, requiere inversión en estudio, tecnología, recurso capacitado y compromiso de todos para que sea un asunto accesible a quien lo necesita.
Muchos de los tratamientos son costosos y en múltiples ocasiones imposibles de costear por el ciudadano común, por eso se requiere del apoyo de los Estados para que sean garantes del “derecho a ver” y el acceso a esos servicios tan necesarios para la comunidad y que el acceso a ellos esté al alcance de todos.
Se requiere el apoyo de las autoridades para procurar que se haga una realidad y todos tengamos derecho y acceso rápido a atender estas dolencias.