• 27/04/2013 02:00

La música típica panameña (IV)

Definitivamente la figura somera de la música típica popular panameña es GELO Córdoba. Desde los inicios de su carrera se ocupó de que l...

Definitivamente la figura somera de la música típica popular panameña es GELO Córdoba. Desde los inicios de su carrera se ocupó de que la música que interpretara con el acordeón fuera de la misma altura o categoría de la que se interpretaba con el violín, conservando el sentimiento y calidad interpretativa.

Fue por ello que los compositores sin reparo se atrevieron a entregar sus obras preparadas para violín a GELO, ya que sabían que las interpretaría respetando cada nota. Así las inspiraciones musicales de la época seguían en primera línea con el novedoso instrumento, el acordeón.

Surgieron seguidores de la música de este hasta cierto punto introvertido, pero a la vez desprendido personaje, porque siempre se mostró anuente a apoyar y enseñar a los que deseaban de alguna manera conocer e interpretar el instrumento. Era un individuo de pocas palabras, pero de gran inteligencia. Se caracterizaba por amenizar los eventos bailables sentado en un taburete alto de los que se utilizan en las cantinas interioranas, que le permitía observar los bailadores sin esfuerzo.

Siempre que iba a iniciar una nueva pieza musical, en aquellos famosos bailes, encendía un cigarrillo, mismo que se consumía sin ser inhalado, mientras diestramente, ejecutaba el único acordeón Honner de dos chorros de teclas que poseía y con el cual ejecutaba las piezas musicales, en sus respectivos tonos. Al consumirse el cigarrillo quedaba intacta la ceniza, entonces finalizaba la pieza; así repetía cada vez lo que se convirtió en costumbre y le dio fama por su habilidad.

Claudio Castillo de gran destreza y maestría como intérprete, prematuramente, según recuerdo, se retiró por razones de salud, lo que fue muy lamentado.

Entre los jóvenes más destacados en la ejecución del acordeón, debo mencionar a SEVERITO Batista, brillante representante de la juventud estudiosa tableña, quien se gradúa en el colegio Javier en 1957. Su pariente cercano, el Maestro Clímaco Batista, le preparó piezas musicales de gran valía. Inspiraciones propias como: Analio Acevedo, Café Imperial, Evidelia, Dame tu Querer y algunas otras le dan un nuevo giro a la música de acordeón con piezas en tonos mayores y combinados, ofreciendo más sentimiento y alegría, vislumbrándose como el digno sucesor de GELO Córdoba.

Tanto GELO como SEVERITO, mueren repentinamente, el primero luego de encontrarse en la cima de la fama y plenitud de condiciones, por enfermedad y el último escalando los últimos peldaños de la fama a inicios de su carrera a los 20 años de vida, en un terrible accidente automovilístico. Ambas perdidas, hoy, a más de cincuenta años, el folclore nacional las extraña.

El éxito logrado por estos dos intérpretes del acordeón, permiten que los bailadores de la música del violín se ‘enamoren’ de las interpretaciones que logran poco a poco Dorindo Cárdenas y José Vergara, los nuevos acordeonista, que, por su calidad interpretativa, están llamados a ocupar el espacio dejado por GELO Y SEVERITO.

El espacio dejado por SEVERITO lo ocupa Dorindo, ya que los comerciantes FRINGO y CHICHITO Villarreal, propietarios de la empresa Distribuidora Villarreal, lo sitúan igualmente como artista promocional de sus productos la ginebra Royal Gin y el Seco Blanco y cuyo medio promocional más importante era la primera emisora de Las Tabas, de su propiedad Hondas del Canajagua, que hoy sigue vigente.

Lamentablemente, José Vergara también fallece en un accidente automovilístico, perdiendo el país un brillante y virtuoso músico.

La carrera artística de Dorindo Cárdenas está llena de aspectos interesantes como, por ejemplo, dejó en segundo plano su violín por el acordeón, su música se caracteriza por la exigencia que ejerce sobre el ejecutante de cada instrumento que incorpora a su conjunto Aguilas de Azuero y que posteriormente será El Orgullo Santeño, dándole un toque diferente bien acompasado a su música.

Llama a formar parte de su conjunto a Eneida Cedeño La MORENITA DE PURIO, quien había cantado en conjuntos de violines como el de CHICO PURIO; inmediatamente graba dos piezas musicales que llenan las expectativa de los bailadores: Pueblo Nuevo del violinista Artemio Córdoba y Santiago de Los Anastasio, de su propia autoría.

Paralelamente aparecen en el panorama típico musical intérpretes del acordeón como Ceferino Nieto, quien entabla una especie de competencia estratégica con Dorindo, Roberto ‘FITO’ Espino, Dagoberto ‘YIN’ Carrizo, Roberto ‘PAPI’ Brandao, Alfredo Escudero, NEGRO Bazán, Victorio Vergara Batista, CHICHITO Vergara, NANO Córdoba, Uruguay Nelson, Cecilio ‘Chilo’ Pitty, Hernán Vergara, quien continuó simultáneamente con el violín y el acordeón hasta el final de su vida; Tereso de Jesús ‘TERESÍN’ Jaén, Amadís Bernal, CHALINO Nieto, Dagoberto Espino, Ulpiano Vergara, PEPO Barría; Osvaldo Ayala, Aníbal Frías, Marcelino Guerra, Eráclides Amaya, MINGUITO Sáez, Luis Sandoval, Rubén Darío Solis, Dídimo Ureña, PITIN Tello, Herminio Guerra, Rubén Darío Martínez, Arístides Burgos, entre otros; de esta forma la música de acordeón va desplazando a la de violín.

Desde entonces los bailes de las fiestas patronales de la Virgen de Las Mercedes en Guararé, (Festival de la Mejorana), de Santa Librada en Las Tablas y otras fiestas de importancia se desarrollan a los compases de la música de acordeones.

Continuará...

ESCRITOR, COMPOSITOR Y FOLCLORISTA.

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