• 29/03/2024 00:00

La importancia de la lectura y su impacto en la educación de la juventud

El estudiante lector siempre estará en ventaja sobre el estudiante que no lee. El primero mejorará su forma de leer, aumentará su acervo cultural, despertará su imaginación, y sin duda, aprenderá a escribir correctamente

A pocos días de haber iniciado el año escolar 2024, los retos en el sistema educativo panameño siguen siendo mayores en diferentes temas que van desde la infraestructura, mobiliarios, hacinamiento, entre otros temas, que en su conjunto afectan el buen desenvolvimiento tanto de los docentes como de los discentes. Los retos son múltiples. Todavía hay estudiantes que no han podido iniciar las clases, porque la infraestructura de sus colegios no está en condiciones de recibirlos por la mala planificación de las autoridades o porque realmente la educación no es un tema prioritario para las autoridades, aunque expresen lo contrario. Ante esta realidad que se repite cada año, es en la lectura en que los jóvenes pueden encontrar un escenario adecuado y temas variados que pueden aprender o llevar a indagar sobre la realidad de las cosas

El libro Cómo fomentar la lectura en los niños, obra dirigida a los padres de familia y educadores, entre otros aspectos, se resume con estas palabras alentadoras: “Los líderes del futuro serán aquellos que estén mejor preparados académicamente y eso solo se logra leyendo”. Con eso se reafirma una vez más que la lectura lleva a la persona a adquirir conocimiento que le será de mucha utilidad para el resto de su vida. En el caso contrario, si un joven no lee, su preparación académica no será completa.

Con el pasar del tiempo la lectura de los libros no ha perdido su valor. Siempre son buenas compañías en diferentes momentos de la vida. Por eso, considero que el tema educativo no solamente es el compromiso de los docentes, sino que los acudientes y toda la sociedad en general, los medios de comunicación, todos de alguna manera tienen el compromiso de educar desde sus escenarios si deseamos formar al individuo en forma integral.

Ante escenarios difíciles que vemos a diario en los medios de comunicación en cuanto a la educación, pienso que los estudiantes tienen una opción de leer como una medida de adquirir el hábito a la lectura. Si esto es posible, los jóvenes tendrían mayores posibilidades de elevar su acervo cultural y, de esta manera, estarían complementando su preparación académica.

Mucho se ha escrito sobre la importancia de la lectura y el impacto positivo que ello conlleva en el ámbito académico.

El estudiante lector siempre estará en ventaja sobre el estudiante que no lee. El primero mejorará su forma de leer, aumentará su acervo cultural, despertará su imaginación, y sin duda, aprenderá a escribir correctamente, desarrollará su habilidad de analizar las situaciones, aparte de que la lectura es una forma divertida de pasar un rato. El estudiante fascinado por la buena lectura siempre buscará un tiempo para ese momento importante como parte de su preparación. Por eso, en las escuelas no deben desaparecer las bibliotecas con excelentes obras, ya que representa una infraestructura real que debe promover y fomentar en todo momento la lectura en los estudiantes.

En muchas ocasiones al culminar la educación media, los jóvenes todavía no están seguros de lo que realmente desean estudiar a nivel de estudios superiores, y esta indecisión conlleva perder sus años de estudio.

Me anima mucho cuando en mi salón de clases les pregunto a los muchachos sobre si están leyendo alguna novela o libro de su interés, siempre hay unos cuantos que leen. Eso es algo bueno. Estos muchachos tienen la posibilidad no solamente de ser futuros profesionales, sino personas con mucha cultura y de preparación académica. Si tuviéramos más bibliotecas en el país o programas de televisión que inculquen la importancia de la lectura, y no programas con contenidos sin valor que no llevan a resultados positivos o no conducen a la buena preparación académica de los futuros profesionales, los jóvenes estarían menos expuestos a recibir contenidos que no tienen ninguna importancia y que no contribuyen a su realización académica.

Hace unos días, vi en el tren a una muchacha leyendo una novela de la escritora inglesa Agata Christie, considerada una de las mejores escritoras de crimen y misterio, El misterio de la guía de ferrocarriles, escenario algo muy inusual, ya que muy pocas veces uno se encuentra en las paradas y en otros lugares a personas leyendo. En el tren la mayoría iba chateando, viendo videos o escuchando música. Sin conocer a la joven me atreví a peguntarle sobre la novela y me contestó que estaba muy interesante. Seguramente ella disfrutó la forma magistral en que la escritora inglesa, abordaba y narraba los diferentes escenarios y personajes.

Si los jóvenes no pueden recibir las lecciones en sus escuelas, entonces qué otra bonita oportunidad pueden tener si tienen entre sus manos un buen libro o una buena novela de grandes autores que siempre dejan buenas enseñanzas. Quizás en la lectura, los jóvenes encuentren su vocación de ser escritores, que en muchos casos ha ocurrido, y que ellos puedan producir exquisitas obras para el deleite y beneficio de los lectores.

Si un joven aprende a leer desde temprana edad, con la ayuda de la escuela y de sus padres, seguramente impactará positivamente en su preparación académica y en su desenvolvimiento en la sociedad.

El autor es docente, investigador y ensayista
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