• 09/03/2024 00:00

Las elecciones neoliberales europeas y en Panamá

Lo importante hoy es comprender que hay crisis en nuestros partidos políticos al permitir que la política gubernamental se convierta en un negocio particular, sometiendo al país a los designios del gran capital y los intereses individuales de los candidatos

Hoy la lucha enconada que afronta el mundo, donde el poder hegemónico monopolar norteamericano estalla ante el dinamismo del poder multipolar de China Popular, Rusia e India, creando y estructurando un nuevo orden económico mundial, hace variar los modelos económicos, la sociedad y los procesos electorales en cada país, sean de centro o periferia. Todo cambia y todos tenemos que entender los cambios.

En Europa la extrema derecha sale de su anonimato y lucha en cada proceso electoral, siendo una gran fuerza política de poder en Austria, Dinamarca, Grecia, Italia, Noruega, Suiza, Suecia y Finlandia; para América Latina, este proyecto se ha consolidado con Nayib Bukele, Jair Bolsonaro, Javier Milei y como líder de la extrema derecha esta Donald Trump. En Europa, la extrema derecha acabó con la clase media, con la institucionalidad y gobernabilidad, objetivos finales trazados para sus experimentos en Latinoamérica.

Ante esta dinámica mundial, la izquierda aprendió que la democracia es un método de lucha, es hacer de ella una apropiación social para los espacios culturales, intelectuales, ideológicos y políticos. Cada país americano tiene su propio lenguaje, lo importante es que este espacio donde se atrincheraba la derecha centro y extrema, hoy es cada vez más socializado, ampliado y comunitarizado. Pero, además aprendió que la gobernabilidad e institucionalidad debe apoyarse en un gobierno democrático, con presencia popular y movilización social en las calles.

La legitimidad de la izquierda en las victorias electorales, como los casos de Luis Inácio Lula da Silva, Andrés Manuel López Obrador, Gabriel Boric, Xiomara Castro y Gustavo Petro, se sustentan en la capacidad permanente de grandes movilizaciones populares, necesarias para enfrentar intentos de golpes fuertes o blandos y todas las conspiraciones, internas y externas, por sacarlos del poder político del país.

Esta lucha entre las fuerzas extremas de la derecha y las izquierdas moderadas en los procesos electorales, son expresiones contradictorias en unos por sostener el neoliberalismo y los otros por exterminarlo.

La extrema derecha sigue avalando las privatizaciones, el sometimiento de los recursos minerales de la periferia, intervención económica, política y bélica en sus dominios regionales y territoriales.

La izquierda aboga por distribuir más riquezas, acrecentar la soberanía, acabar con la pobreza y la desigualdad, con mejor salud, educación y seguridad.

Para nuestro caso Panamá es innegable que para el 5 de mayo del 2024 el nuevo poder gubernamental estará en manos de una fuerza política adicta al modelo neoliberal, un proyecto político que pone en peligro nuestros recursos mineros, que abogará por la privatización de la salud, la educación, los servicios públicos y hasta el canal; lo que ampliará la brecha de desigualdad y la mala distribución de las riquezas.

Proyecto político que solo será detenido por grandes y populares movilizaciones sociales, que, con el tiempo, forjarán el paso hacia partidos políticos progresistas, que luchen por un capitalismo mas humano, social y participativo.

Un sistema económico donde prevalezca la necesidad colectiva por encima de los intereses particulares, que fortalezca la institucionalidad y la gobernabilidad del poder en ejercicio. Un sistema político que garantice el bienestar de la clase media, la propiedad privada, que regule el pago de impuestos de las grandes y medianas empresas y dictamine contratos que beneficien el porvenir de todos. Un sistema político que regule las redes sociales y la inteligencia artificial. Un sistema político que desarrolle, paralelamente al sector terciario, el sector primario y secundario del país. Un sistema político que acabe con la corrupción, las coimas y el clientelismo político.

Este proceso electoral del 2024 da claras muestras de un mejor entendimiento de nuestros electores, fundamentalmente nuestra juventud, por los programas político de cada partido en contienda electoral y sobre la realidad política de cada candidato presidencial.

Lo importante hoy es comprender que hay crisis en nuestros partidos políticos al permitir que la política gubernamental se convierta en un negocio particular, sometiendo al país a los designios del gran capital y los intereses individuales de los candidatos.

Nuestros actuales partidos socialdemócratas y progresistas deben acentuar su autonomía, el patriotismo y la soberanía nacional. Con apoyo popular ganar en cada contienda electoral y llevarnos al desarrollo y bienestar socioeconómico que tanto merecemos los panameños.

El autor es economista
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