• 17/07/2021 00:00

La verdad de las mentiras

“Una renovación de la concesión con PPC es muy diferente a la lucha por recuperar el Canal. ¿Hay tropas de ocupación de PPC? ¿No alcanza a PPC la jurisdicción panameña? Son realidades muy diferentes […]”

Santiago. _ Pido permiso a Mario Vargas Llosa para utilizar el título de su ensayo en que, con atinada precisión, aclaró al universo lector la verdad que carga la ficción literaria. La modalidad conductual que aquí se destaca, amerita emular este mecanismo mental. En efecto, tanto por los lados oficialistas como por las esferas de la oposición, pululan hoy señalamientos puntuales sobre realidades específicas, cuyo entendimiento demanda un tratamiento más sereno, inmunizado de gérmenes partidarios y apetitos ideológico-políticos, amparados por sólidas estructuras propias de los lineamientos socioeconómicos que conforman nuestro activo democrático. Es sano aspirar a conseguir las mejores condiciones en cualquier negociación. Más cuando en juego está el interés patrio. Ahora bien, ninguna razón política justifica el desconocimiento del supremo deber de todo Gobierno de estimular y proteger el Estado de derecho, lo que pasa por respetar y fortalecer las instituciones que emanan de este concepto. Ni las más duras críticas pueden ocultar que en el caso de PPC este Gobierno se sujetó a sus obligaciones, con rigor jurídico.

Hubo quienes expresaron su inconformidad con la dinámica de esta conducta considerando su resultado, pero las acusaciones que se formularon al respecto tienen un carácter exclusivamente político. La actuación gubernamental inherente se realizó un 100 % con arreglo a la Ley, a sus obligaciones convencionales y a su compromiso con el Estado de derecho. En un marco jurídico como el aludido y dentro del alcance real del referido compromiso político, no caben cuestionamientos lógicos dirigidos contra la pureza del procedimiento ni en detrimento de la responsabilidad del Gobierno en el manejo de la cosa pública. Intentar calzarse los zapatos del Ejecutivo, implica empezar por reconocerlo. Siempre es posible mayor transparencia y habrá consecuencias en caso de haberla saltado.

Una renovación de la concesión con PPC es muy diferente a la lucha por recuperar el Canal. ¿Hay tropas de ocupación de PPC? ¿No alcanza a PPC la jurisdicción panameña? Son realidades muy diferentes que requieren un tratamiento también diferente y con un equipo distinto, con una visión nueva, correspondiente al globalizado y tecnológico mundo del Siglo XXI. Aprender del pasado para sortear el presente preparando el futuro, es necesario en política, lo cual dista mucho de vivir de los recuerdos, de estar anclado a tiempos pretéritos y expresar dudas de continuar bajo las toldas de la herencia política.

Los intereses nacionales comprenden también permitir empleos y garantizar actividad económica, así como mantener la reputación del país y respetar las reglas del juego en el marco de un Estado no intervencionista que privilegia la iniciativa privada. Esta es una de las razones por las que se prefirió la oferta electoral del PRD. Quienes después de un año han atraído algo más de 40 mil adherentes (el primer día de inscripción del PRD en 1979 se registraron 50 mil personas), no solo jamás lo entenderán, sino que su distanciamiento histórico del objetivo de las luchas nacionalistas, los colocan en la orilla de los indolentes con las causas populares. Otro ejemplo es que los partidarios de la constituyente (3 grupos) no han podido superar las 10 mil firmas (necesitan más de 580 mil) en alrededor de cinco (5) meses. La minería también se constituye en otro ejemplo. En medio de muchas mentiras por motivos políticos surge una gran verdad: ¡la lucha continúa!

Abogado y embajador de Panamá en Chile.
Lo Nuevo