• 20/05/2016 02:03

¡Nadie sabe lo que tiene hasta que lo pierde!...

Reza un viejo adagio que escucho desde que tengo uso de razón: ‘NADIE SABE LO QUE TIENE HASTA QUE LO PIERDE '

Reza un viejo adagio que escucho desde que tengo uso de razón: ‘NADIE SABE LO QUE TIENE HASTA QUE LO PIERDE '. Observando todo lo que ha venido aconteciendo recientemente en nuestro bello Panamá, pareciera que lo quieren destruir, tanto desde afuera como desde adentro, y realmente eso no lo podemos permitir. Pues, primero está el orgullo patrio y eso nos obliga a todos a defender el país contra estos ataques inmisericordes que quieren a toda costa acabar con nuestra economía y nuestro centro financiero, el cual ha gozado por muchos años de prestigio y ha sido ejemplo para muchos países del orbe.

Quiero llamar la atención a nuestro pueblo para que no nos dejemos doblegar y unamos fuerzas todos juntos para bloquear todo lo que venga de donde venga que atente contra el sagrado derecho a subsistir como nación y lo más importante de todo, proteger el derecho al trabajo de todas las familias panameñas que se han visto afectadas por situaciones que todavía no han sido debidamente comprobadas, pero que las mantiene en un estado de zozobra que muchos han visto cómo ha comenzado, pero que no sabrán cómo terminará.

No podemos darnos el lujo de esconder la cabeza como el avestruz y dejar que todo pase, sin hacer un esfuerzo para contrarrestar lo que viene pasando en nuestra nación.

Yo quisiera saber qué haríamos los panameños si nuestro país entrase en una recesión profunda o peor aún con un modelo como el que vive nuestro país hermano Venezuela, en donde ya la carestía se siente y con un futuro incierto, y donde posiblemente pasarán muchos años para que vuelva a la normalidad y vivan la bonanza que tuvieron en el pasado. La pregunta que me hago es: ¿queremos esto para nuestro Panamá?

Si queremos seguir con este jueguito de mediatización y echarle más leña al fuego, sigamos; pero, de lo que sí estoy seguro es de que a la final no habrá ganadores pero sí muchos perdedores y convertiremos a Panamá en un desierto lleno de necesidades, tal como vive actualmente el área del Barú, en donde muchos añoran la época de las vacas gordas que no sabemos si regresará.

No es nuestra intención hacer una defensa a favor de nadie, porque quienes hayan cometido actos irregulares deben asumir sus consecuencias, pero sí hacer un llamado de atención desde nuestra óptica de lo que podría pasar si no le ponemos un alto al fuego amigo y al enemigo; porque de no ser así, veremos cómo iremos perdiendo lo que con tanto esfuerzo nos ha costado a todos levantar después de la cruenta invasión de 1989 e incluso los logros conquistados a lo largo de nuestra vida republicana, entre ellos el más importante: la plena soberanía en todo nuestro territorio.

Además, estoy seguro de que en este momento habrá muchos que se arrepienten de haberse prestado para asolear a Panamá y les aconsejo que hagan un alto y se pregunten si vale la pena, por cualquier tipo de intereses personales, permitir que nuestra reputación de gente noble y trabajadora se vaya al traste y que alrededor del mundo seamos vistos precisamente como aquello que no somos: gente deshonesta y transgresora de la ley, si este país está lleno de gente que día a día madruga para trabajar honradamente por el pan diario. ¿Están aquellos que promueven desde dentro la destrucción de Panamá dispuestos a vivir con las consecuencias de sus actos?

Querido pueblo panameño: Solo te pido que medites un momento en el seno de tu familia y hagas un análisis de lo que está pasando y saques tus propias conclusiones y digas si queremos seguir en un Panamá próspero o darnos el gusto de perderlo y después repetirnos al unísono la frase que inicia este humilde aporte: ‘¡NADIE SABE LO QUE TIENE HASTA QUE LO PIERDE! '.

INGENIERO Y EMPRESARIO.

Lo Nuevo