• 08/12/2023 15:40

Pintados en la historia

El conocimiento de la historia política y los desafíos de gobernar ante las tentaciones es un ejercicio obligatorio para cada político

Hay eventos de significativo valor histórico que ocurrieron en el pasado que no se conocen públicamente. Muy cruciales en la vida de las naciones o de algunos individuos, pero solo se hacen públicas por el trabajo tesonero de investigadores históricos. Ese no será el caso de lo ocurrido con el rechazo popular y masivo en Panamá en contra de la ley minera y la minería en términos generales. Rescato unos párrafos publicados hace unos años con las debidas actualizaciones.

Desde el inicio de los tiempos, la mayoría de los gobernantes se han beneficiado por el uso y abuso del poder, ellos y sus más cercanos allegados. Gobierno tras gobierno durante los últimos 25 años tiene cuentas pendientes sobre la transparencia de sus gestiones y, si los anteriores nos indignaron, estos, los que están de salir, han establecido la marca que creo será difícil superar.

Queda uno pasmado con solo pensar en la cantidad de personas que pareciera han cometido delitos que los lanzaría a la cárcel si la justicia atendiera las investigaciones hasta las últimas consecuencias y hasta el último de los involucrados. Pensaríamos que alguien se hubiera preocupado por sonar la voz de alarma desde adentro. Esa preocupación siempre hay que tenerla al momento de que alguien te haga un planteamiento que huele a delito.

Los políticos sabios (y de esos hay pocos en este país), también debieran conocer, por ejemplo, todos los encausamientos a figuras de alto nivel e incluso gobernantes latinoamericanos que se han dado en los últimos años. Por lo menos, debemos asumir que el primer mandatario de la nación tenga a bien, en su estructura intelectual, los desafíos que han experimentado sus similares alrededor del mundo en materia de trasparencia y rendición de cuentas. Lo de Donald Trump y sus allegados aún está en desarrollo, pero la historia del caso Wartergate, por ejemplo, país y época en donde estudió el presidente Cortizo, es recuerdo obligado.

El conocimiento de la historia política y los desafíos de gobernar ante las tentaciones es un ejercicio obligatorio para cada político (Pareciera difícil para los empresarios que solo piensan en hacer dinero y los tecnócratas que fallan a cada rato en sus cálculos y evaluaciones sobre el entorno). Y es obligatorio que conozcan sus limitaciones, sus más íntimas debilidades como ser humano y sus taras personales; controlarlos para no enredarlos en las cosas del manejo del Estado.

Sobre Watergate, Richard Nixon, presidente de los Estados Unidos y figura central de este evento, poco le interesaba los asuntos domésticos de los Estados Unidos, a pesar de lo difícil de los cambios sociales y el rechazo a la guerra de Vietnam. Creía que su legado se lograría en los asuntos de carácter mundial (La apertura con China, sus negociaciones con la Unión Soviética para el tratado SALT 1 (Strategic Arms Limitation Talks) para el control de armamento estratégico nuclear, y entre otros asuntos, sus relaciones con Latinoamérica (Nixon consideraba seriamente la negociación para un nuevo tratado con Panamá que le devolvería la soberanía sobre todo su territorio y entregaría el Canal a Panamá en un tiempo perentorio).

Watergate fue un evento muy complejo que puso en evidencia un sin número de delitos de Nixon y sus colaboradores. Y puso en evidencia ese mundo fantasioso en que se sumergen los que creen tener poder. Si nos molesta el aparente robo incontrolable de los recursos del Estado, lo que lo empeora para mí es la burla, el sarcasmo y la desfachatez con que los corruptos nos descalifican a cada rato, incluso ahora que la marea ha tornado en su contra.

Nixon quedó para siempre manchado en la historia de su país como un bandido (a ‘crook’ como se negó a aceptar), Pero reflexionando mostró constricción. En una entrevista con el periodista británico David Frost, admitió que había “defraudado al país” y que “me derroté a mí mismo. Les di una espada y lo clavaron. Y lo retorcieron con gusto. Supongo, que si yo hubiera estado en su posición, habría hecho lo mismo”.

El tiempo que le queda a este mandatario se adherirá a lo que el pueblo decida en el 2024. También esperamos que se adhiera a un proceso de rendir cuentas ante la justicia. Pero para las páginas históricas que se escriben en este tiempo, sería de valor que el mandatario Cortizo reconozca que él y sus colaboradores han defraudado a la nación. Igual, ya quedaron pintados en la historia.

El autor es comunicador.

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