• 10/05/2025 00:00

Estado de derecho y voluntad popular

Las corrientes políticas y de pensamiento, lejos de encontrar puntos en común que permitan la convivencia pacífica, miden fuerzas, aunque esto conlleve la triste realidad de injusticias y brutales guerras

El globo terráqueo se encuentra dividido entre dos corrientes políticas, dos pensamientos que en principio solo demostrarían la pluralidad del pensamiento humano, estas corrientes de pensamiento, lejos de encontrar puntos en común que permitan la convivencia pacífica, miden fuerzas, aunque esto conlleve la triste realidad de injusticias y brutales guerras.

En medio de estas corrientes de pensamiento conocidas como la derecha y la izquierda, el capitalismo y el socialismo, surgen otros que llevan sus ideas, sus verdades a puntos más extremos; me refiero ahora a la extrema derecha y la extrema izquierda.

En este contexto, ambos bandos buscan con métodos antidemocráticos dejar en desventaja a sus opositores. En Latinoamérica son bien conocidos los casos, la situación se repite más allá de nuestras fronteras, recientemente los tribunales franceses dejaron fuera de la contienda política a Marine Le Pen, líder de la extrema derecha y con posibilidades de ganar la presidencia francesa en el 2027, después de tres fallidos intentos; mientras en diciembre de 2024 el Tribunal Constitucional de Rumania anuló la primera vuelta de las elecciones presidenciales ganadas por el candidato de ultraderecha Călin Georgescu, en medio de acusaciones de interferencia rusa.

Le Pen, una política que promete una lucha radical contra la inmigración, que rechaza las sanciones de Europa a Rusia, además de la inhabilitación política por 5 años ha sido condenada a 4 años de cárcel, el Tribunal Penal de París la encontró culpable de malversar fondos europeos para beneficio de su partido Agrupación Nacional.

Georgescu ha sido descalificado de las elecciones de mayo próximo, una decisión ya confirmada por el Tribunal Constitucional. Georgescu había expresado que prohibiría los partidos políticos, había elogiado el papel de Rumania en el Holocausto, se había referido a Ucrania como un Estado inventado y prometía acabar con todo apoyo a este país en la guerra que lleva a cabo contra la invasión de Rusia.

Dentro de estas realidades, alarma pensar si los tribunales de justicia de diversas partes del mundo están prohibiendo a los votantes el derecho a elegir a sus líderes, sean de izquierda o derecha o de sus respectivos extremos.

Sin duda alguna, estas prohibiciones a veces son necesarias, pues no se debe permitir que algunas personas socaven la paz de otros pueblos y peor, pongan en peligro la existencia de la humanidad; si hubiese sido así se podrían haber evitado, por ejemplo, los horrores de la Segunda Guerra Mundial, pero también es evidente que otros solo buscan con métodos dictatoriales permanecer en el poder a toda costa.

*El autor es periodista y estudiante de geografía e historia
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