• 10/09/2022 00:00

El presidente Petro y el desarrollo del Pacífico

El presidente Gustavo Petro, en la cumbre de alcaldesas y alcaldes del Pacífico, hizo una síntesis sobre cómo su administración abordará el desarrollo de la región y como desarrollará su integración con los mercados del Indo-Pacífico.

El presidente Gustavo Petro, en la cumbre de alcaldesas y alcaldes del Pacífico, hizo una síntesis sobre cómo su administración abordará el desarrollo de la región y como desarrollará su integración con los mercados del Indo-Pacífico. Señalo que nuestro país es el que tiene los mayores niveles de atraso y pobreza en el litoral de los países ribereños de la Cuenca.

El mensaje fue claro, su administración tiene interés de impulsar el desarrollo del Pacífico, integrándolo con los mercados de los países más desarrollados de la Cuenca. De manera que, su propuesta de la construcción de un tren elevado que una los actuales y futuros desarrollos portuarios e industriales del Pacífico con el Caribe es una prioridad para su administración. Obviamente dentro del contexto del desarrollo de la nueva ruta de la seda de China del Ártico, la Cuenca del Pacífico y el Gran Caribe.

En América, la ruta de la seda busca unir redes ferroviarias, las infraestructuras portuarias y las áreas industriales de los mercados del Gran Caribe con los del Pacífico desde la costa Pacífica estadounidense hasta Chile. Los chinos son nuestros segundos socios comerciales y la ruta de la Seda integra el 70% de la población mundial y más de 60% del PIB mundial. En su primera etapa une la economía China con el resto de Asia y Europa mediante políticas de cooperación, acuerdos comerciales y desarrollo de redes ferroviarias, rutas aéreas, marítimas, puertos y zonas industriales. En las tres restantes etapas integra su economía con los países de África, Oceanía y América.

Nuestra clase dirigente por los sesgos regionales, la visión andina y mediterránea que tiene del desarrollo nacional no ha comprendido que el futuro del desarrollo industrial del país está en nuestras costas. Por nuestra ubicación geográfica estamos en el geocentro de la ruta de la seda en América y con una ventaja geoestrategia que tenemos tres puntos geográficos donde se pueden construir tres mega puertos de aguas profundas con sus respectivas áreas industriales en unas de las tres zonas más importantes, más estratégicas y competitivas del continente.

Nuestro atraso en materia de infraestructura portuaria es enorme. No somos un país competitivo en asuntos de puertos, dado que tenemos unos puertos para veleros. Por eso debe ser una prioridad en el Plan Desarrollo impulsar el desarrollo de estas futuras zonas de desarrollos portuarios e industriales. La primera, un puerto y una zona industrial en Tumaco que se puede unirse mediante una línea férrea o una carretera con la Orinoquia, la Amazonía y con Venezuela. Una ruta que se puede convertir en la salida venezolana a los mercados del Pacífico por Colombia.

La Segunda, ampliar las áreas industriales del puerto de Buenaventura. La tercera, una gran zona industrial y un mega puerto en Tribugá. La cuarta, una gran zona industrial y otro mega puerto en Bahía Aguacates. Zonas industriales y portuarias que se pueden unir mediante ese tren elevado con una quinta gran zona industrial y un mega puerto en Tarena en el Caribe antioqueño.

Colombia estableció relaciones con China en 1980, y desde que los chinos ingresaron a la Organización Mundial del Comercio, su economía fue reconocida como una economía de mercado. Su política exterior no está basada en imponer su modelo de Estado sobre los principios del socialismo al resto del mundo, cómo equivocadamente piensan algunos. Su política exterior se sustenta en la expansión de su economía de mercado capitalista, basado en acuerdos comerciales, de cooperación y préstamos, sin imposiciones políticas y sin involucrarse en los problemas políticos internos de los países.

En los próximos años el centro del poder mundial volverá a Asia debido a que vivimos una acelerada decadencia de las potencias de Occidente y un resurgimiento de las potencias asiáticas. La potencia que controle el estrecho de Malaca y las rutas del Ártico tendrá una preponderancia en el comercio mundial. De manera que el péndulo del nuevo poder mundial no estará en Nueva York, ni en Londres, París o Berlín, sino en este estrecho que une al Índico con el Pacífico y las nuevas rutas marítimas que unen al Ártico con el Pacífico. El futuro del mundo lo tenemos al frente, como dijo el presidente Petro: China e India, las dos grandes potencias que marcan el rumbo de la economía mundial en el siglo XXI. En conclusión: ojalá nuestros líderes del Pacífico dejen atrás los discursos retóricos, el síndrome del miedo, los radicalismos, los regionalismos y el ambientalismo mal concebido e inicien a comprender que el futuro de la región está en convertirnos en la principal zona industrial del país.

Periodista
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