Panamá participó en el X Festival de Escuelas Flamencas

Desde hace muchos años, el flamenco dejó de ser una expresión cultural propia del sur de España para convertirse en un arte que es replicado en cualquier punto del planeta y que cada vez atrae a más seguidores. Una prueba de ello es la reciente participación de la Academia Flamenco Panamá como la primera academia de flamenco panameña en asistir al X Festival de Escuelas Flamencas USA 2024, que tuvo lugar en el Centro Cultural Miramar de Miami, Florida, Estados Unidos.

La delegación del Festival Flamenco Panamá –que estuvo formada por 10 bailarines, entre niños, jóvenes y adultos– estuvo capitaneada por los bailaores Paola Tamayo y Fabián González, quienes tienen más de 25 años de experiencia artística.

La intervención de la Academia Flamenco Panamá comenzó con el tradicional meneíto interpretado por las niñas bailaoras, seguido de la caña –que es uno de los estilos más complejos y representativos del baile flamenco– y la participación terminó con un martinete, una danza realizada ‘a palo seco’ y que no lleva ningún tipo de arreglo musical y solamente fue acompañada por el sonido de las castañuelas. Este último baile fue realizado por Tamayo y González.

“La aceptación del público nos conmovió. Fue maravillosa. Nosotros, a diferencia de otras academias, no teníamos esas barras que nos apoyaran porque la mayoría de las familias de los participantes se encontraban en Panamá. Pero fue impresionante ver la reacción del público y cómo nos aplaudieron. Digo humildemente y con todo orgullo y responsabilidad que fuimos una de las academias más aplaudidas de toda la noche y las felicitaciones y los reconocimientos de los compañeros y de los colegas fueron básicamente que les encantó la puesta en escena, y fuimos la primera academia fuera de Estados Unidos en participar de este festival. Así que Panamá estuvo representada allí noblemente, porque no solamente fuimos la primera academia de flamenco panameña. Estamos inmensamente alegres y comprometidos con esto”, destacó Tamayo.

Por su parte, González expresó que antes de participar en el festival, las expectativas estaban a flor de piel ya que eran los primeros en iniciar la ronda de presentaciones del evento, además de que en este festival participaron 16 academias estadounidenses de flamenco. “Nosotros sentimos mucha satisfacción. Cuando algunos de los padres asistieron con nosotros en una comitiva y escucharon el nombre de Panamá en el escenario, se experimentó una sensación en la que se multiplicó el público porque los aplausos nos llenaron el alma de alegría”, dijo.

A raíz de su participación exitosa en Miami, fueron invitados a participar de los festivales de Flamenco de Bogotá, y de Sao Paulo, en Brasil. Estos se llevarán a cabo del 1 al 4 de agosto y del 10 al 15 de septiembre, respectivamente.

Respecto a la universalidad del flamenco –que es una danza declarada en el año 2002 por la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura como Patrimonio Inmaterial de la Humanidad–, la también directora artística de la Academia Flamenco Panamá añadió que el interés por el flamenco en el país se puede explicar por la marcada influencia de la cultura española en el istmo y que no solo se expresa a nivel musical, sino en los trajes nacionales como la pollera de gala y sus diseños.

“Este creciente interés del público hacia el flamenco es su elemento cautivador. El flamenco tiene algo maravilloso que es muy noble y es que cualquier persona a cualquier edad puede comenzar a bailar flamenco. Sus ritmos, sus estilos y los diversos sentimientos con los que se puede conectar al bailar el flamenco, es algo que hace que una persona se identifique rápidamente con este arte. Hay una gran cantidad de adultos que están empezando a estudiar flamenco y, más allá de verlo como una onda en la que las personas utilizan el flamenco como una manera de ejercicio físico para cuidar su salud, es un arte que enamora y que conecta fácilmente con los demás debido a los diferentes estilos de flamenco como pueden ser los más alegres hasta los más densos. También hay variaciones de flamenco que conectan con diversos sentimientos como la tristeza. Ese amplio abanico sentimental hace que conectarse con ello sea fácil”, resaltó Tamayo.

En este sentido, la directora artística de la academia de flamenco destacó que la práctica de esta danza también se constituye como una oportunidad de generar ambientes de compañerismo en torno a esta disciplina artística.

Por su parte, González afirmó que se realizó un aporte considerable a la difusión del flamenco desde el continente americano con los cantes de ida y vuelta, por ejemplo.

“Su ritmo contagia a cada vez más gente alrededor del mundo, incluso siendo Japón el país donde más se practica el flamenco increíblemente. Esto es una muestra de hasta dónde ha llegado el flamenco y hasta dónde ha traspasado las fronteras de Andalucía para llegar a cualquier punto del mundo. Nosotros estamos impresionados, por ejemplo, de la cantidad de academias de flamenco que hay en Estados Unidos siendo un país de habla inglesa”, expresó el productor de la academia.

En tanto, Tamayo detalló que las aportaciones americanas al flamenco se expresan en géneros de baile como las guajiras y las milongas, siendo estilos que –originados del continente americano– viajaron a Andalucía y obtuvieron su toque flamenco. “Es natural que nuestro oído y nuestro corazón reconozcan el flamenco como algo cercano, porque en su música hay un componente cultural americano. Si tomamos en consideración que el flamenco es tan universal desde su gestación, es fácil conectarse desde diferentes latitudes con el flamenco”, dijo.

El camino de la Academia Flamenco Panamá empezó en enero de 2017 de la mano de Tamayo y González para compartir la experiencia obtenida a través de 25 años en la academia de flamenco que tenían en Venezuela. Si bien en un principio Tamayo se decantó en la universidad por las leyes y González por la ingeniería, ambos finalmente decidieron perseguir su pasión: graduarse de una licenciatura en artes escénicas y así adquirir conocimiento para posteriormente compartirlo con el público.

“Nosotros en un principio hemos venido en numerosas ocasiones a Panamá. Después de oficiar en el 2016 un taller de flamenco en la Facultad de Bellas Artes de la Universidad de Panamá, teníamos la tarde libre y decidimos caminar por la cinta costera. Al ver lo que había alrededor, dijimos qué bonita es Panamá, y la sentimos muy cercana a nosotros. Nosotros decimos que Panamá nos había escogido a nosotros porque a partir de este punto fue que nos planteamos establecernos definitivamente en Panamá. Fue un reto establecernos porque el flamenco todavía no estaba asentado en el país y trabajamos duro desde el primer día. Gracias a la colaboración de Iván Herazo, quien formó parte del Ballet Nacional de Panamá, compartimos local en el que nosotros dimos nuestras clases de flamenco y dijimos: ¿por qué no vamos a hacerlo? Si toda la vida hemos tenido academias de flamenco y esto es lo que a nosotros nos apasiona”, relató.

En este sentido, Tamayo manifestó que su pasión es ver el efecto que tiene la transmisión del flamenco hacia sus alumnos. “Siempre digo que un pedacito de mí está en ellos cuando bailan”, expresó. Al tiempo, González aseguró que el flamenco y su ritmo son tan contagiosos que motiva enseñarlo para que más personas se atrevan a practicar esta danza.