• 18/09/2020 00:00

Una prisión inteligente

Durante los últimos 180 días nos hicieron sentir como si la vida no valiese nada. Nos hemos convertido en una sociedad donde el odio y la ira son el rostro que presentamos las pocas veces que salimos a la calle, y más aún cuando estamos encerrados en casa.

Durante los últimos 180 días nos hicieron sentir como si la vida no valiese nada. Nos hemos convertido en una sociedad donde el odio y la ira son el rostro que presentamos las pocas veces que salimos a la calle, y más aún cuando estamos encerrados en casa. El ansía, la desesperación manifiesta y la angustia son la realidad del día a día que significa vivir en el estado de sensibilidad emocional que estamos actualmente. Cada día que pasa, nos preguntamos ¿hasta cuándo? Y la respuesta no parece venir. En realidad, vivimos en un engaño, en una trama creada para hacernos creer que se buscan soluciones apropiadas a una situación que se escapó de las manos hace mucho tiempo. Nos hemos olvidado del bienestar subjetivo percibido.

Existe una crisis en salud, o la crisis es económica. ¿Quién es culpable? ¿La crisis en salud generó la crisis económica o qué? Todo es una vulgar mentira. La COVID-19 no tiene la capacidad de crear una crisis, los virus no crean crisis. La verdad de fondo es que la crisis en la cual vivimos es el resultado de las malas políticas y estrategias implementadas por el Gobierno. El verdadero gestor de esta crisis sin final es el Gobierno, nadie más. Si el Gobierno hubiera actuado con diligencia, sensatez, transparencia y especialmente con inteligencia nada de lo que está pasando, estaría como está. Los ejemplos son muchos y basta con citar uno. ¿Por qué al inicio de la pandemia los casos eran inferior a 500 por día? Respuesta rápida: las pruebas que se hacían eran limitadas, para obtener los resultados queridos. Se manejaban las pruebas, existe una correlación directa entre pruebas realizadas y casos positivos y no es necesario ser muy inteligente para entenderlo. La información se ha manipulado desde un inicio.

Otro ejemplo, esta vez en el contexto económico: ¿qué sentido tuvo abrir la construcción pública y no la privada? No veo diferencia realmente significativa para una decisión de este tipo. Lo que sí debe estar claro es que la forma más rápida de reactivar la economía es poner en marcha todos los proyectos que existen sobre inversión pública en infraestructura; además, llevar a cabo las licitaciones que están pendientes sobre este tema. Ese sería un excelente mensaje para el país y la empresa privada, como también con un efecto contundente sobre la generación de empleos. Actualmente se habla de más de 150 mil personas que han quedado sin empleo, lo cual indica que perdieron su única fuente de ingresos.

Todo parece caminar en sentido opuesto a la solución. Los medios de comunicación avanzan cada día en una campaña de miedo, nadie nos dice cómo convivir con el virus, en cambio todo nos llevó a un encierro sin fin. Este pánico desmedido que se ha ido creando es el resultado de las malas respuestas de los políticos a la situación actual. Pero, lo peor es que, han lograron encerrarnos a todos, para hacer lo que les da la gana. Manejan la información, ocultan la realidad, coartan nuestra libertad, nos entregaron a una prisión inteligente. Es hora de empezar a trabajar en nosotros mismos, es momento de empezar a labrar, pulir y mejorar nuestras destrezas, incrementar nuestro conocimiento e intelecto; pero, más aún, debemos estar pendientes del juicio de nuestras emociones, ya que estas no pueden convertirse en nuestras enemigas. Debemos estar preparados para contrarrestar este juego impuesto por el Gobierno; pero más importante aún, es no caer en la prisión de la mente. Entonces sí, estaríamos acabados.

En el camino se presentaron nuevas alternativas, por suerte, algunas veces las cosas cambian de manera abrupta, en realidad no sabemos si son decisiones científicas o no, en algún momento el indicador de la miniapertura comercial fue la queratina. No lo conocía, pero parece que funciona, aun cuando no me queda claro su cientificidad. Ahora empieza una nueva realidad, este lunes 14 abrieron un poco nuestra jaula, nos toca evaluar los resultados. Esperemos que todos nos comportemos como humano, ya que al final del camino somos seres emocionales que razonamos.

Catedrático universitario.
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