Decenas de famosos alabaron este lunes el estilo de los dandis negros y lucieron conjuntos de sastrería extravagantes en su honor en el preludio de la...
- 02/06/2012 02:00
Ecoturismo sostenible, un reto para Panamá
El Ecoturismo, es una modalidad que ha venido adquiriendo una presencia creciente en la dinámica económica panameña. Por ende, exige la conservación y utilización racional de los Recursos ambientales. Las áreas naturales y zonas protegidas de Panamá resultan de gran interés para los turistas aficionados al ecoturismo. Numerosas especies de flora y fauna pueden ser observadas sin necesidad en muchos casos de internarse en el bosque.
El año 2011 finalizó con la entrada a Panamá de dos millones de turistas y las perspectivas para este año es que arriben a nuestro país 2.5 millones de visitantes, de los cuales la especialidad del ecoturismo atrae un gran porcentaje de los viajeros que visitan el Istmo.
Empero, esta actividad como componente económico, ambiental, social y cultural, visto desde la perspectiva del mejoramiento de la calidad de vida de los panameños, es mucho más que ocio, convenciones, negocios, compras, sol y playas; es la llave que garantiza el futuro y bienestar económico y social de las comunidades receptoras.
La cultura, la dignidad y el respeto con nuestro ecosistema forman parte sustancial del rol que debe jugar nuestro país en la sostenibilidad del planeta.
La riqueza natural que posee Panamá se empina como el soporte y atractivo esencial de la actividad turística, cuyo deterioro podría devaluar el desarrollo de la industria. Para que el impulso del Ecoturismo pueda considerarse sostenible, debe promover la prosperidad económica, educativa y preservar las condiciones ambientales y sociales de los pueblos y territorios receptores, contribuyendo así a generalizar la cultura de colaboración en un modelo turístico que sea equilibrado para todas las partes y sectores involucrados.
Se trata, más bien, de promover una interacción respetuosa con la naturaleza, para disfrutarla, observarla, estudiarla, involucrando a la gente y sus costumbres, tradiciones y su folklore.
La construcción invasiva de megaproyectos hoteleros-residenciales (sobre todo con el consecuente deterioro de las islas, humedales, manglares, zonas costeras y rurales), complementados con servicios y actividades de ocio vendidos como los edenes del placer y la felicidad pueden agravar el entorno, con muchas de estas obras que en ocasiones no respetan la flora y la fauna.
De tal manera que, sólo a través del establecimiento de lineamientos estrictos y de su fiel cumplimiento se podrá garantizar que el ecoturismo no se convierta en un agente dañino para el patrimonio natural y cultural.
Dichosamente, Panamá tiene una posición privilegiada dada su gran biodiversidad y la riqueza de su paisaje, su flora y su fauna. Por lo que nuestro país debe fortalecer su promoción como un destino de variedad ecológica, donde al producto clásico de sol y playas tropicales se le pueden agregar diversos valores naturales asociados como el Etnoturismo, el senderismo, la observación de aves, ballenas, arrecifes y corales, además de el agroturismo, que pone en contacto directo al turista con zonas y comunidades agrícolas, y sus formas de cultivar la tierra, que es altamente apreciado por nuestros visitantes.
Hay que tener presente hoy que estamos ante la presencia de un turista inteligente, informado, participativo, conectado, que actuará como comunicador de su experiencia. No obstante, lo que se ofrece como producto turístico en nuestro país debe entregar elementos que puedan dar un sentido distinto a la vida cotidiana del turista.
Las nuevas tendencias apuntan al concepto de Turismo experiencial, es decir que el visitante se interesa en involucrarse a las diferentes vivencias y no ser un simple espectador.
El turismo no puede quedar excluido de acciones que incorporen criterios de sostenibilidad; o sea, de esquemas que tengan una nueva visión acorde con las exigencias medioambientales.
El desarrollo turístico sostenible debe reflejarse en la intervención equilibrada del uso racional de nuestros recursos naturales y culturales, incorporándolo al mejoramiento de la calidad de vida de las comunidades locales.
En tal virtud, el desarrollo del ecoturismo se traduce en una actividad económica rentable, ambiental y cultural que rompe de frente la barrera de la pobreza, la exclusión social, evita la migración masiva a la capital de nuestros compatriotas interioranos y de los hermanos indígenas, con el consecuente olvido de su cultura y tradiciones.
En definitiva, la sostenibilidad, como modelo para el desarrollo turístico, plantea la necesidad de satisfacer los requerimientos actuales de la sociedad, sin comprometer el derecho de las futuras generaciones de satisfacer las suyas. La inmensa variedad de la oferta turística panameña requiere de productos con valor agregado. No basta lo obvio, se requiere del obsequio inesperado. Ofrecer una vivencia más allá del servicio, sorprender al turista con una experiencia de vida inolvidable, son los retos en materia de sostenibilidad ecoturística que tiene Panamá.
RELACIONISTA PÚBLICO.