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- 07/07/2025 00:00
Necesitamos ser originales, en los procesos electorales

En Panamá, nos hemos caracterizado, por copiar, lo exterior, para “traerlo como bueno”, a nuestro entorno. Y una de esas prácticas, es la del pago, del “soborno, por adelantado”, en los procesos electorales.
Eso ha convertido, la “democracia”, (sistema político, donde el poder, reside en el pueblo, a través de representantes elegidos) en “plutocracia”, (donde los ricos ejercen, su preponderancia e influencia, en el gobierno del Estado).
Nuestro deficiente sistema político surge de un sistema electoral, que exige ser enmendado.
Sin más rodeos. Uno de los objetivos, en las “Reformas Electorales”, debe ser, minimizar el costo de las campañas electorales. Y, la recomendación específica es, eliminar, “los cierres de campaña multitudinarios”.
Por múltiples razones, por ejemplo, en el último torneo electoral, el candidato, con mayor concentración de ciudadanos, quedó en último lugar de aceptación. Sorprendió también, el resultado, del candidato, que ni siquiera gestó, cierre de campaña. Una presentación televisiva, o evento, en un sitio cerrado, sin grandes costos, puede reemplazar, los cierres de campaña multitudinarios.
Porque estos, exigen grandes costos de movilización, etc., que pagan los donantes y por sus aportes, exigen espacios de poder, e influencias, en los gobiernos. Allí, está el “soborno, pagado por adelantado”.
Otra funesta práctica es que los convencionales, elijan el CEN (Comité Ejecutivo Nacional) de los partidos y los candidatos a los puestos de elección. La alternativa urgente es, que la membresía de los partidos, definan, las más importantes decisiones de los partidos, incluyendo la selección del CEN y los candidatos a puestos de elección.
El delegar esa actividad, en los convencionales, destruye los partidos y es pasto verde, para los sobornos, bien, por aportes monetarios directos, o la consecución de plazas laborales.
Mirando hacia el norte, aflora, lo que no debemos imitar, el extraordinario costo del proceso electoral, de EE.UU., con “récord”, en el 2024, de $15.900 millones, que ha estigmatizado y prácticamente, convertido, la democracia en plutocracia y no es el modelo a imitar. Al respecto en otras latitudes. Surgen escándalos, generados, por el uso indebido, de donaciones de campañas electorales. Complementariamente, establecer límite de gastos, para campañas desde representantes, hasta diputados y la presidencia de la república.
Ahora, la pregunta mandataria es: ¿Qué nos conviene, más?
¿La pseudo democracia o la plutocracia?
De toda forma, el no hacer, los cambios pertinentes, nos inhibe, de lamentarnos, del cuestionable desempeño, de nuestra Administración Pública.