• 10/12/2022 00:00

Trastorno explosivo intermitente

“Es necesario crear unidades de seguridad en todos los centros educativos. Ya en Panamá ha sucedido fuera de las escuelas”

Este artículo se refiere a una masacre que sucedió recientemente en un colegio de primaria en Texas. Esta tragedia se transformó en la peor pesadilla que el ser humano puede imaginar; fueron asesinados 19 niños y 2 maestros.

Ya van varias matanzas en Estados Unidos y el Congreso no reacciona; están embobados por las conclusiones de la Asociación Mundial de Psiquiatría que promueve el cierre de los hospitales psiquiátricos, porque los pacientes mentales son inofensivos y los modernos psicofármacos son infalibles. En este tipo de evaluaciones influyen los miles de millones producto de la venta de armas y el costo excesivamente alto de las hospitalizaciones de pacientes mentales. El bienestar de los pacientes mentales no tiene la menor importancia.

En el trastorno del control de los impulso de tipo explosivo e intermitente, existen impulsos que dan lugar a la violencia con destrucción de la propiedad y el asesinato de personas inocentes.

En la mayoría de estos trastornos, el paciente percibe una sensación de tensión y de activación interior antes de cometer el acto explosivo; normalmente lo siente como rapto o un ataque. El paciente experimenta un placer, satisfacción o liberación en el momento de llevar a cabo el acto explosivo. Tras el acto explosivo puede o no haber arrepentimiento, autorreproche o sentimientos de culpa. El grado de agresividad expresada durante el episodio es desproporcionado con respecto a la intensidad del estresante psicosocial precipitante.

El diagnóstico de trastorno explosivo intermitente se establece solo después de que hayan sido descartados otros trastornos mentales que cursan con episodios de comportamientos agresivos.

Tenemos como ejemplo trastornos antisociales de la personalidad, trastornos límite de la personalidad, trastornos  por episodios maniaco.

Los episodios agresivos no son debidos a los efectos psicológicos directos de una sustancia o medicamentos, no son debidos a una enfermedad médica por el traumatismo o por enfermedad de Alzheimer.

Posteriormente al acto explosivo el individuo puede sentirse consternado o con remordimiento por su comportamiento agresivo. Entre los episodios explosivos se pueden observar signos de impulsividad y agresividad generalizada. Las personas con rasgos narcisista-obsesivos pueden tener una predisposición a los episodios explosivos de cólera en situaciones de estrés. El Trastorno puede aparecer tras una pérdida de trabajo o un fracaso académico. Podemos agregar dificultades interpersonales, accidentes vehiculares, por ejemplo; una hospitalización por lesiones posteriores a una pelea o un encarcelamiento, también trastorno por un divorcio. En el electroencefalograma puede haber un trastorno de las ondas cerebrales. En el líquido cefalorraquídeo se presenta alteración de su metabolismo. Es característico que el cuadro de agresividad durante los episodios es desproporcionado con respecto a la intensidad de cualquier estresante psicosocial precipitante.

Regresando a la masacre de Texas y de la crítica al jefe de policía que dirigió el operativo, pienso que no ha sido justo. Es cierto que el operativo fue deficiente, suele ocurrir que cuando se trata de un paciente mental se crean dudas en los operativos policiales y fallas para actuar con la debida urgencia. Es elemental que en la situación en la escuela tenía que estar un psiquiatra con un alto parlante para controlar al demente. En este caso es evidente que la masacre hubiera sido menor.

La extinta doctora MARISÍN VILLALAZ DE ARIAS, expresidente de la Asociación Médica Nacional, me decía lo que le impresionaba las ideologías y políticas extremas de los presidentes de las asociaciones médicas mundiales. De esta forma los programas de salud mental adoptan posiciones de dar la espalda a la verdadera naturaleza de los trastornos mentales.

De mi parte tengo la experiencia de haber participado en operativos policiales para controlar los enfermos mentales en Panamá. Se hace necesario que se estudie con seriedad y honradez de lo que significan los trastornos mentales.

En Texas, al llegar la policía fue a matar al asesino de niños. No si está claro que era un paciente mental y no un asesino. De haber llegado a un juicio, hubiera estado protegido por el Artículo 24 del Código Penal y hubiera sido declarado inimputable. En esto caso la justicia le hubiera ordenado permanecer en hospital psiquiátrico por 20 años.

El error fue el que la policía de Texas creyó que le disparaba a un maleante, cuando en realidad le estaban disparado a un paciente mental con una crisis de locura transitoria. La policía de Texas se dejó marear por los ingenuos programa de salud mental que abogan por la inocuidad de los pacientes mentales, pero que en realidad lo que les importa es el costo de los pacientes.

Es necesario crear unidades de seguridad en todos los centros educativos. Ya en Panamá ha sucedido fuera de las escuelas.

Miembro de la Sociedad Panameña de Psiquiatría.
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