• 15/07/2025 00:00

Revocatoria de mandato: un paso importante

La figura de la revocatoria de mandato nació a la par de la democracia en la antigua Grecia y se aplicaba para todos los gobernantes escogidos por sufragio que actuaban en contra de la voluntad popular.

Aquí en Panamá, parte de la falta de confianza hacia los sectores políticos se debe casualmente a que los elegidos en cargos de votación popular se creen intocables una vez se les otorgan las credenciales para ejercer su puesto.

La visión de muchos candidatos a puestos de elección popular es que son premios “ganados por una competencia” en la cual ellos invirtieron dinero y esfuerzo, motivo por el cual dicha inversión debe ser devuelta a sus bolsillos y con intereses de paso. Todo aquel asunto de las promesas de campaña son solo simple maquillaje para obtener un fin.

La manera en la que actúan algunos diputados con la clásica arrogancia demuestra que no tienen para nada temor a la voluntad popular una vez alcanzan el puesto y saben que la “revocatoria de mandato” jamás se les aplicará, pues no existen antecedentes claros.

Si se cumplen con todos los requisitos para que un presidente, diputado, alcalde o representante de corregimiento sea procesado y su puesto quede vacante producto del accionar de la voluntad popular en la revocatoria de mandato, el mismo debe llevarse a efecto.

Es importante recordar que el Tribunal Electoral es una institución que debe responder al buen ejercicio de la democracia en Panamá y no debe limitarse únicamente a la organización de un torneo electoral cada cinco años.

El Tribunal Electoral funciona con dinero de todos los contribuyentes, que somos la sociedad panameña en su conjunto, y debe también velar porque la falta de credibilidad hacia el sistema de elección popular sea erradicado por una acción efectiva de la misma.

El problema estriba en que los magistrados del Tribunal Electoral son escogidos por gobernantes de turno, quienes a su vez responden a los partidos políticos cuyos intereses no son para nada los intereses del resto de la población.

Una significativa cantidad de panameños sentimos desencanto hacia los gobernantes escogidos por sufragio cuando actúan contrario al sentir de las mayorías y se creen intocables con derecho a disponer de nuestros fondos económicos como les venga en gana.

Lo anterior explica cómo algunos diputados se pliegan fácilmente a los mandatos del órgano Ejecutivo a cambio de nombramientos y mayor presupuesto, lo que siempre se traduce en un chantaje para la aprobación de ciertas leyes.

Ahora el Tribunal Electoral tiene una vez más la oportunidad de “lavar un poco su imagen” y aplicar de acuerdo a lo estipulado en cuanto a la revocatoria de mandato lo que dictamina la ley.

Todos esperamos que esta divulgación de inicios de procesos en la revocatoria de mandato para alcaldes y diputados no se traduzca en otro “show mediático”, del cual ya estamos hasta “la coronilla”, como se dice en buen panameño.

*El autor es sociólogo y docentes
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