• 31/03/2014 02:00

Confianza en el Tribunal Electoral

Existe la impresión de que el malogrado intento de desprestigiar al Tribunal Electoral obedece a futuros reclamos.

Cuatro elecciones han pasado desde el restablecimiento de la democracia en Panamá y nos encontramos al borde de la quinta. En estos casi veinticinco años, la conducta del Tribunal Electoral —TE— ha sido calificada de impecable, adjetivo que comprende al órgano como tal y a sus integrantes, no solo los tres magistrados que lo dirigen, sino los funcionarios que se desempeñan en esa organización, que sirve al Estado y no a los intereses políticos.

Para los jóvenes, que por serlo no vivieron épocas pretéritas, hay que decir que esta imagen de honesta imparcialidad que muestra el Tribunal Electoral, no siempre fue así. Recuerdo que en mi niñez y adolescencia los fraudes electorales se producían cada cuatro años, mediante falsificaciones de cédulas, sustracciones de urnas y la alteración y sustitución de las actas. Una sola persona votaba varias veces con el dedo untado de vaselina, para que no se adhiriese la tinta china en el dedo y se hicieron recuentos de votos entre los cuales el más sonado fue el que se produjo más de un año después de las elecciones para reconocer que el triunfador legítimo no era el que había sido posesionado como presidente y había fallecido, sino otro que a su vez fue depuesto al año y medio de su mandato.

Cuando creíamos que toda esa historia negativa formaba ya parte del pasado, resulta que con motivo de las cercanas elecciones se pretende enlodar la imagen del Tribunal Electoral, con el inverosímil argumento de que el órgano rector de las elecciones está inclinado a una parte que señalan concretamente como la opositora y dentro de la opositora, más específicamente, hacia el Partido Revolucionario Democrático —PRD—, pues su candidato aparece en segundo lugar en las encuestas. Olvidan así estos detractores, que cuando ellos aspiraban al poder en el año 2009, el Tribunal Electoral, con ese mismo magistrado, declaró ganador al partido que hoy, desde el poder y con sus adláteres, formula estas absurdas acusaciones. No solo en el año 2009 cumplió el Tribunal con su deber, también lo hizo en las tres elecciones universales y directas precedentes, en las que siempre se alzó con el triunfo un partido de oposición, pues también se ha convertido en una constante histórica la derrota del candidato presidencial que ha gozado del apoyo del gobierno.

El Honorable Magistrado Erasmo Pinilla Castillero, a quien conozco desde hace mucho tiempo, ha demostrado a lo largo de sus casi dieciocho años como magistrado del Tribunal Electoral, no solo amplios conocimientos en la organización de los procesos electorales, sino una acrisolada honradez en el ejercicio de sus funciones. Fue elegido magistrado y reelegido por unanimidad y en dos ocasiones ha sido designado por sus pares como presidente del Tribunal Electoral, posición que ocupa actualmente. Ha recibido múltiples distinciones de organismos electorales internacionales, los que ha presidido. Dirige la Revista Mundo Electoral.

Aunque es absurdo acusarlo de parcial a favor del PRD, basta como botón de muestra la decisión dictada hace poco bajo su ponencia en la que el Tribunal Electoral inhabilitó a un candidato del PRD por no cumplir con las fechas topes del proceso electoral en curso. Existe la impresión de que el malogrado intento de desprestigiar al Tribunal Electoral obedece a futuros reclamos en caso de que los acusadores resulten perdedores en el torneo del 4 de mayo de 2014.

Si hay una entidad con larga y acreditada experiencia en temas electorales, es la Organización de Estados Americanos —OEA—. En visita efectuada la semana pasada por la señora Lourdes Flores Nano, jefa de Observación Electoral de dicha entidad, la funcionaria internacional expresó que ‘el Tribunal Electoral ha construido un gran prestigio y credibilidad institucional en la sociedad panameña y vemos con preocupación algunos intentos por minar su credibilidad’. Por cierto, ella intentó reunirse con el fiscal Electoral, lo que no fue posible, porque estaba ocupado, pero la señora Flores Nano le dejó mensaje recordándole la importancia de cumplir a cabalidad su trabajo. Mientras que algunos movimientos, como Panamá Avanza, que apoya al oficialismo, interponen demandas en la Corte Suprema de Justicia, el pueblo panameño sigue confiando, como decía el poeta César Vallejo, en el ojo y no en el anteojo y el del Tribunal Electoral tiene la vista de un águila.

ABOGADO

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