• 14/02/2011 01:00

El poder

Dicen que el poder ciega y quizás tengan razón. Y no solo se trata del poder político, sino del poder hasta en el hogar. Por ese afán de...

Dicen que el poder ciega y quizás tengan razón. Y no solo se trata del poder político, sino del poder hasta en el hogar. Por ese afán de dominio se matan relaciones de pareja; se destruyen amistades y se somete a los pueblos. Empero, el poder no es eterno. Y virtuoso es aquel que utiliza el poder para transformar. Con inteligencia logra empatías y cambia sociedades y su nombre trasciende a la historia como alguien de bien. Lo contrario también pone en la historia, pero sin nada de qué enorgullecerse, porque siempre se termina mal. Hitler, Mussolini, Noriega... Ejemplos hay muchos y nos lo recuerdan hoy las caídas de Mubarak y Ben Ali, cuyos pueblos egipcios y tunecino se cansaron de sus dictaduras y los echaron abajo sin importar su grandioso poder. Y es así, cuando un pueblo siente que se le ha sometido a un capricho que solo beneficia a unos pocos, reacciona y actúa y eso es lo que han hecho en Túnez y en Egipto. Es como una bofetada para despertar a nuestras sociedades.

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