Las acciones de la Contraloría se dan tras más de un mes de huelga en el sector docente que arrancó formalmente el pasado 23 de abril

Esta semana se conoció que la Contraloría de la República presentó al fin las denuncias sobre las presuntas irregularidades que surgieron en la auditoría que avanza en la Asamblea Nacional, donde advierte sobre personal contratado que estaría cobrando sin trabajar, conocidos popularmente como “botellas”. Un paso importante y necesario hacia la transparencia, que le ha granjeado al nuevo contralor Anel Flores, un visto bueno temporal ante una ciudadanía que exige mayor transparencia y rendición de cuenta con los funcionarios públicos. Pero las auditorías no deben limitarse al poder Legislativo, ni tampoco ser discrecionales contra grupos en particular, la exigencia de transparencia debe aplicarse para todas las estructuras del Estado. Ya son conocidos varios escándalos del gobierno pasado en distintos ministerios, incluso con denuncias presentadas por las actuales autoridades del Ejecutivo, pero eso no es suficiente. La Contraloría no debe frenar su impulso fiscalizador y hacer su trabajo sin distingo político, más cuando el país demanda contención del gasto innecesario e injustificado. La gente demanda una transparencia activa y no simplemente un acto de coyuntura.