Si no lo es, eso parece en la noche el área de ‘La Gran Estación’ y puntos cercanos en la llamada ‘entrada de San Miguelito’. Es... dantesca la imagen, de miedo... digna de escenas de una película de esas que señalan el punto de división entre dos áreas de la misma ciudad donde de un lado está lo ‘más bonito’ y del otro ‘lo más feo’, con todos los peligros concentrados al máximo, lo cual puede ser solo percepción del caminante por lo feo, sucio, descuidado y sin un solo policía que prometa con su presencia que ‘todo está bien’. Al aspecto se une la presencia sin supervisión de conductores y buses de rutas internas, piratas o legales, que nadie sabe ya cuál es cuál, a los que se suman algunos taxistas, el escándalo que hacen los ‘pavos’, la forma en que se adueñan de la parada que va hacia la vía Tocumen... y nadie para poner orden. Esa situación no es siquiera lógica, menos aceptable, en medio de las inversiones tan importantes que se han hecho en el lugar. Y, en el distrito capital, Calidonia y Santa Ana no están mejor...

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