El Hombre de Nazaret...

Hoy, se recuerda la muerte de Jesús, el Hombre de Nazaret... de quien analizando la fuerza que lo movió a hacer la labor que inició a sus treinta años y que culminó tres después en la cruz del Calvario, solo se puede concluir que fue un inmenso amor, lealtad a su propia Palabra y enseñanzas; fidelidad a Dios y a los seres humanos que quiso salvar. Y, aunque lo podemos calificar como un revolucionario, que lo fue, debemos decir también que lo fue con amor y promoviendo la paz. Leal a su Palabra. Practicó lo que profesó. De allí el mejor ejemplo que todos podemos tomar de Él para seguir, creyentes cristianos o no; pues el tener auténticos y fuertes valores éticos y morales es lo que nos hace personas de bien, justas, dispuestas a actuar con integridad en cada momento de nuestras vidas y en cada tarea o posición que nos sean encomendadas o que adoptemos voluntariamente. De cada uno depende el camino que elegirá, quizá enfrentemos situaciones adversas que nos tratarán de desviar, pero de nuestra fortaleza moral y espiritual dependerá el tomar las mejores decisiones, para nuestro beneficio y el de los demás. Paz a todos.