Un amor verdadero...

Todos queremos uno de esos amores a prueba de todo..., de malas intenciones, de traiciones, de materialismo, hasta de mal de ojo... Un amor que no justifique malas jugadas, que no reemplace la lealtad por la conveniencia, que ponga por delante siempre la sinceridad, la confianza, la verticalidad... En esta época muchos son de la creencia de que el verdadero amor es historia antigua; pero no es cierto, seguimos amando, pese a todo. En la fuerza del amor que se sienta, está la garantía de que sea un amor dispuesto a todo por el objeto de los bellos sentimientos que se abrigan, incluido el desprendimiento, pues quien no ama no da nada; solo quiere para sí, roba, hurta, quita, daña, no permite que florezca nada bonito, solo destruye... hace yerma la tierra, seca fuentes de agua pura, ensucia todo lo que toca... Pero, el amor lo puede todo y quienes aman saben lo que pueden hacer por amor... Ese amor desprendido, verdadero, es el que necesita Panamá para salir de esta vorágine de desaciertos que la abaten, que la hieren y amenazan con regresarla a épocas oscuras, como las del 68 o antes, cuando se dijo ‘El que quiere conocer Panamá que venga porque se acaba'. Hay muchas formas de amor y el amor a la patria es una de ellas y muy fuerte, si lo sentimos, y en base a él debemos actuar, por el bien de todos.