A no bajar la guardia

Señalado en el artículo 19 de la Declaración Universal de los DDHH, la libertad de expresión constituye un derecho humano fundamental. En los sistemas democráticos, tal derecho está plenamente consignado. Se trata de la forma en que se da libertad a la difusión de ideas, sin presiones ni ataduras. Su precepto básico, decir la verdad, sin las estratificaciones del prejuicio ni el espectro del miedo, constituye el más sólido pilar de la Primera Enmienda de la Constitución Política de EE.UU. En Panamá, al calor de la realización anoche de una premiación más a la excelencia de los profesionales de la comunicación social, por parte del Fórum de Periodistas, quienes tuvieron la tarea de examinar los trabajos quedaron gratamente impresionados por la forma como los conceptos que inspiraron a los más insignes defensores de la libre expresión en todos los tiempos, estuvieron plasmados en investigaciones profundas, con rigurosos parámetros de seguimiento y búsqueda de la verdad. Pero, principalmente, ese respeto al trabajo del periodista, la seriedad y el estricto apego a los principios que destacaron a quienes dieron su vida en favor de publicar verdades y develar misterios, fueron altamente ponderados por quienes comprobaron que en Panamá existe libertad de expresión. Nada más gratificante que recibir un espaldarazo como éste. Una bocanada de aire que nos hace retomar las fuerzas y dirigir todo nuestro empeño en seguir publicando noticias, investigaciones, reportajes, crónicas; retratar la realidad circundante y dejar testimonio de la hidalguía que distingue a quienes han escogido esta profesión por amor, más que por dinero. El principio fundamental de defensa de la libertad de expresión en Panamá sigue vigente, y es fuerte.