Son muchos aspectos a tomar en cuenta para corregir lo que se ha hecho mal desde hace años. Históricamente, los partidos y los políticos cuando se dirigen a la sociedad buscando su respaldo, utilizan la muletilla de que quieren llegar a gobernar para “ayudar a los más necesitados”. Pero las necesidades las interpretan como “ayudar a los más pobres”, y el problema gira en un círculo vicioso, porque la muletilla se repite y se repite como un disco sin fin… Hay que acabar con esos discursos baratos y entrar en lo que realmente hace grande un país: ¡trabajar por el bienestar de toda la población! Y de eso se trata gobernar. Llevar a la sociedad a un estándar de vida en el que permita tener salarios buenos, servicios eficientes y jubilaciones dignas para un retiro con tranquilidad. Aquí promovemos la inversión extranjera pero no analizamos las cosas de forma inteligente. Hay que promover la inversión extranjera que utilice la posición geográfica de Panamá para vender al extranjero, no aquella que saca los recursos del país para llevarlo a sus países, donde sus poblaciones gozan de mejores condiciones de vida que la nuestra. Además, Panamá también tiene que empezar a tener sus empresarios emprendedores que logren penetrar otros mercados. Que dejen la teta del Estado y compitan… Tenemos que trabajar por cambiar esos discursos que nos mantienen pobres a todos y el estribillo de los políticos debe ser, de ahora en adelante, lograr el bienestar de la sociedad panameña y no solo resolver las necesidades de los más pobres. Hay que pensar en grande y eso nos hará grandes. ¡Así de simple!

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