• 20/08/2019 02:00

Decisiones amargas

La Caja necesita reducir drásticamente su planilla y necesita eliminar la corrupción existente en la compra de medicamentos, equipos e insumos

Las quejas son recurrentes sobre la Caja de Seguro Social. La pésima atención, la dificultad para encontrar citas y medicinas y las bajas pensiones que reciben los jubilados, comparado al costo de la vida actual. Así como hay quejas, los vicios son bien conocidos: exagerado abultamiento de la planilla, las mafias enquistadas para la compra de medicamentos, otros insumos y equipos, la rosca médica que vela solo por sus intereses y la inoperante junta directiva. Es muy cierto que la Caja necesita una reingeniería para seguir vigente y que hay que tomar decisiones amargas para mantenerla. Sin embargo, antes de cualquier decisión sobre aumentos de edad de jubilación, cantidad de cuotas y de aportes, hay que resolver los problemas actuales que aquejan esta institución. La Caja necesita reducir drásticamente su planilla y necesita eliminar la corrupción existente en la compra de medicamentos, equipos e insumos. Solo en estos vicios que hoy tiene la Caja, se reduce enormemente la fuga de dinero que afecta directamente las arcas de la institución. Por otro lado, también es cierto que la expectativa de vida de los panameños ha aumentado enormemente y que es imposible que bajo esa presión aguante alguna entidad. Que la costumbre de depender de la pensión para mantenerse en la vejez ya no será posible, porque debe acompañarse con un plan de ahorros personal. Son decisiones amargas que hay que tomar, pero cada una tiene su momento, porque de nada sirve inyectarle más fondos a la Caja, si no se controlan antes las fugas.

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