Credibilidad de la Asamblea

Cierto es que el Órgano Legislativo es el más democrático, porque permite la intervención de los ciudadanos casi de forma directa. En los últimos años, empero, ha sido foco de denuncias de corrupción que han minado su credibilidad. En estos momentos, en que el Gobierno ha sometido a la Asamblea un proyecto de reformas constitucionales, la Asamblea tiene su inmensa oportunidad para lavar su cara. Se trata de lo que va a salir de esa misma Asamblea reformando al propio Órgano Legislativo. Uno de los cuestionamientos que se hacen respecto a la elección de los diputados es que el sistema de circuitos electorales donde se aplica la metodología del cociente, medio cociente y residuo no es democrático, porque hay diputados que salen con un mínimo de votos y muchos de estos prestados de otros partidos que ya sirvieron para elegir a otros diputados. La defensa que esgrimen para mantener el sistema actual es que con este sistema las minorías logran sacar algunos diputados, en lugar de que todas las curules se las lleven las maquinarias partidistas. Nada más alejado de la verdad. La sociedad no quiere que salgan diputados de la minoría; quiere que salgan diputados que realmente representen a la nación panameña, sea de grupos minoritarios o de los grandes partidos políticos. La fórmula propuesta es que se eliminen los circuitos electorales tal cual se conocen hoy y se elijan diputados provinciales. De esa manera se minimiza el clientelismo y se permite que los que salen electos sean los que más votos obtuvieron, sin caer en pecaminosas fórmulas donde muchas veces un voto se cuenta dos veces. Si los diputados realmente quieren salvar cara y limpiar la imagen de la Asamblea, con las reformas constitucionales tienen una gran oportunidad. ¿Estarán a la altura?