• 31/12/2019 01:00

Una gran lección

El 2018 fue un año sobre una gran lección. Depende de todos cuánto se aprendió

Si algo nos dejó 2018 fue la cruda realidad. La realidad de que la economía estaba cimentada en una burbuja y que el crecimiento real es el que tenemos, aunque el país está muy por encima del resto de América y gran parte del mundo. Que los que se daban golpes de pecho como impolutos, se les descubrió el lobo que escondían... El 2018 descubrió cómo una Procuraduría paralela armó casos contra los adversarios políticos y económicos. Cómo desde el MEF se promovió la venta de SOHO, para que quedara en manos de empresarios afines y entrelazados con el Gobierno para hacer negocios. El 2018 también reveló cómo desde el Ejecutivo se cebó al Legislativo para que le funcionara, cual marioneta, para sus propósitos. Cuando la ruptura se produjo entre diputados y Gobierno, los trapitos sucios pringaron de corrupción a los diputados, muchos de ellos ahora no pueden sustentar los millones que despilfarraron. El 2018 también aterrizó a los panameños en la realidad agrícola y la realidad importadora, donde la última ahoga a los productores sin misericordia y promovida desde entes gubernamentales. El año viejo se va, pero deja a la sociedad panameña en ese punto de equilibrio de empezar a subir o seguir cayendo. Todo depende de que quienes lideran y dirigen el país se quieran sentar a dialogar, reconocer los errores y empezar de nuevo con una ruta bien planteada o dejan que el país pierda otra oportunidad para enrumbarse hacia el desarrollo. El 2018 fue un año sobre una gran lección. Depende de todos cuánto se aprendió.

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