¡Horror!

Los niveles de inseguridad son cada vez peores. Lo que ocurrió la noche del jueves en la ciudad capital no tiene nombre. Un joven, recién graduado, murió porque iba justo en el mismo taxi donde viajaba otro hombre buscado por los mafiosos. Los panameños aceptamos que los taxistas suban a otros pasajeros en su recorrido, pero ahora ¿cómo podemos confiar si no sabemos si el otro que sube es un delincuente o alguien buscado por las mafias? Lamentable es que un país en franco crecimiento sea al mismo tiempo tan inseguro. Cierto es que la Policía ha apretado su ritmo y está poniendo a mafiosos a buen recaudo, pero el gobierno dejó que los delincuentes le sacaran la lengua mientras experimentaba con uno y otro jefe policial. Horror.