¡Justicia!

Frente a la desbordante corrupción y la creciente incredulidad pública en la administración de justicia, han surgido diversas iniciativas proponiendo correctivos. Ante cualquier sospecha ciudadana de corrupción, sistemáticamente, las autoridades afirman actuar apegadas a la ley; pero el mal es grave y avanzado, porque es sistémico. Desde hace años la ciudadanía considera a los partidos políticos, la Asamblea Nacional y al Órgano Judicial como las instituciones más corruptas, pero estos son los pilares de la ‘democracia' vigente. Quienes hacen las leyes salen de los partidos políticos y quienes deberían interpretarlas, para administrar justicia, también. Un Sistema hecho a la medida, fundado en el engaño y en la explotación; la corrupción sólo es el elemento vinculante. Sistema que le teme a la democracia, porque basta mencionar la Constituyente, promesa electoral del actual gobierno, para que los expertos en mentir y estafar, se escandalicen, así que seguimos con la Constitución militarista del 72. Francisco Magón, periodista mexicano, dijo: ‘llamar ladrones a los funcionarios públicos corruptos es ofender a los ladrones. El ladrón se juega la vida al desarrollar sus actividades, en tanto que el funcionario corrupto no arriesga nada'. Basta de impunidad y de justicia selectiva. Se hace justicia o asumimos los riesgos que suelen determinar la incompetencia, la demagogia y la cortedad de miras.