• 17/04/2014 02:00

La Semana Mayor

Hoy Jueves Santo, en los últimos días de la Cuaresma, bien vale un llamado a la reflexión profunda sobre el país

Los católicos del mundo entero, estamos en la semana en que se recuerda el sacrificio de Jesús de Nazareth, quien en un domingo fue recibido con palmas y entusiasmo en Jerusalén, y el viernes siguiente era crucificado como el peor de los criminales, ante el silencio cómplice de las autoridades y el sufrimiento de sus seguidores. El impacto de ese hecho ocurrido en el antiguo Medio Oriente, en una región alejada del centro del poder político del Imperio Romano, marcó la vida sobre la Tierra para siempre. Un hombre sencillo, hijo de un carpintero, que con su palabra y ejemplo hizo que quienes mantenían el control económico, religioso y político de esa área, lo consideraran una amenaza tal al statu quo, que terminaron crucificándolo. El mensaje de Jesús era de tolerancia, de amor al prójimo, de justicia y de libertad. De dar ‘al César lo que es del César y a Dios lo que es de Dios’. Cuando estamos próximos a la celebración de los comicios del próximo 4 de mayo, es obligante reflexionar sobre el curso de la campaña política y sobre el futuro que queremos para nuestro país. Debemos hacer un esfuerzo para que los ánimos se sosieguen y festejemos juntos el fortalecimiento de nuestra incipiente democracia. Que las elecciones sean un Vía Lucis y no un Vía Crucis. Amén.

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