• 17/10/2011 02:00

¡Que Paradoja!

Por décadas, los gobiernos han centrado su esfuerzo –si es que lo han hecho- en la urbe capitalina. A su suerte han quedado los poblador...

Por décadas, los gobiernos han centrado su esfuerzo –si es que lo han hecho- en la urbe capitalina. A su suerte han quedado los pobladores de regiones marginales. Darién es un ejemplo y lo contamos la semana pasada. Bocas del Toro es otro caso. La ley que impera es la del más fuerte económicamente; la del que tiene influencias. ¡Qué importa la seguridad jurídica! Los casos se resuelven incendiando los negocios o las casas. Amedrentando... Es la historia cierta de algo inédito en pleno Siglo 21, donde los panameños nos ufanamos por ser los reyes del servicio; el país chiquito con grado de inversión; el de los rascacielos que emulan a Singapur y Miami… Es una paradoja. Somos casi de primer mundo, pero con áreas donde aún impera la justicia del más fuerte. Son estas crudas historias de gente humilde y trabajadora que es víctima de autoridades corruptas. Y lo más irónico de todo esto es que nos bombardean a diario con propagandas que nos dicen ¡vamos bien!

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