Sumisión

Si el magistrado presidente de la Corte Suprema de Justicia pretendía resolver el diferendo por la Sala Quinta, lo que hizo fue enredar y enrarecer más el panorama y demostrar cuán cuadrado está con el Ejecutivo. Primero sale a explicar y justificar un fallo, justo en las escalinatas de la Presidencia de la República. No conforme con eso, envió una carta al Legislativo para que, como en efecto se hizo, se cerrara de inmediato el debate sobre la polémica Sala y allanarle el camino al jefe del Ejecutivo para que nombre a tres nuevos magistrados. Y para coronar su sumisión, le envió una carta al presidente de la República para reportarle su actuación. Los recientes movimientos del presidente de la Corte reflejan con claridad lo que sus detractores señalaron al momento de su designación: que sería el cordón umbilical del Ejecutivo. Es triste que el propio presidente de la Corte, que al asumir el alto cargo de presidente del Órgano Judicial prometiera devolverle la credibilidad a la justicia, sea el que se encargue de mancillarla aún más. ¡Bárbaro!