• 11/01/2021 00:00

Tengamos vergüenza

“No hay vergüenza y tenemos que aceptarlo. Y mientras la vergüenza siga de vacaciones, la corrupción ocupa su lugar”

La cuestión es simple: hay corrupción, porque no hay vergüenza. Mientras la sociedad no tenga vergüenza, habrá jueces que se vendan, magistrados que se vendan, “empresarios” sin escrúpulos. Para contrarrestar este mal, tenemos cual alcohólicos, que aceptar nuestra enfermedad. En casa, no aplaudir una buena nota, si el niño la obtuvo copiándose; en el trabajo, llevarse las páginas blancas o el papel higiénico para no comprarlos en casa. Las empresas, no contratar contadores para que ayuden a evadir el impuesto. Meterse a los clubes de padres de familia de las escuelas, para dominar el negocio de las fotos, anuarios y actividades… Tenemos que recuperar la vergüenza y eso incluye a los gremios empresariales, sindicales, cívicos, que tienen que purgar los miembros con conductas impropias. ¿Que hay que eliminarlos a todos?, entonces hacer acto de constricción y volver a empezar. La vergüenza es una gran medicina y todos tenemos que beber de ella. Es muy fácil señalar errores ajenos, pero no ver los nuestros. Aquí todo se mira desde el negocio y arriba y abajo existe el “¿qué hay pa' mí?”. Muchos exigen al Gobierno transparencia y son los primeros en pedir canonjías por debajo. No hay vergüenza y tenemos que aceptarlo. Y mientras la vergüenza siga de vacaciones, la corrupción ocupa su lugar. ¡Así de simple!

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