• 17/06/2010 02:00

La llorona

Glosas de la realidad política de Panamá.

Me dicen que hoy Mulino tiene un desayuno para los diputados de la Alianza. La vaina es que los panameñistas lo pensaban dejar plantado, en protesta porque dicen que dijo que le han pedido favorcitos. Anoche Afú los convenció de asistir.

Me enteré de que Dulcidio le mandó una carta a Roy para recordarle que es el MEF —a través de su Dirección de Crédito Público— y no otro estamento público, el responsable de todo lo concerniente al financiamiento del Metro de Panamá. Valga la aclaración.

Abdiel Antonio Gutiérrez fue ayer a comer a un restaurante español y pidió caldo gallego. No pasó de la tercera cucharada y lo dejó, porque estaba malísimo. Abdiel Antonio no calculó que España había perdido en el Mundial.

El que estaba ayer súper em...fadado era Prieto. Se preparó para ver el partido en El Rincón de Sancho y saborear la victoria, pero los suizos le dieron sopa de caracol. ¡Se le agrió la comida!

Según La Ortiga, la última del ‘Messi’ Vallarino será meter una revalorización de las residencias de la Avenida Balboa para aumentarles el impuesto de inmueble. Ya escucharé a Ana Mae y a Mireya Lasso.

Otra de La Ortiga es que dice que a Blandoncito, por salirse del redil, le botaron a cinco de su círculo de colaboradores más estrecho y familiar. Voy a investigar.

Por los lados del Seguro en Colón se cuestiona los ‘premios’ al desempeño que está otorgando la oficina de Recursos Humanos. La crítica surge porque se escogen los nombres al azar (los sacan de una bolsita) y no en base al mérito por la labor realizada. Bárbaros.

Un caso de meningitis viral en la dirección de Mantenimiento de la Universidad tiene al estudiantado huyendo de las aulas de clases ante el temor de una propagación. El paciente se encuentra en estado de coma y las clases son irregulares en varias facultades.

El Muñeco y El Chato Vallarino aprobaron las guías de buena práctica en el gobierno pasado y Ligia era directora de la ANAM y las apoyó. Ahora Ligia anda marchando en contra de las guías de buena práctica. ¿Y entonces! ... y que nadie llore!

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