• 31/07/2016 02:00

Esa maldita atrazina

‘El único camino para el futuro es una prohibición total '

No pretendemos en esta columna justificar el cierre en 2014 de la empresa Campos de Pesé. Al contrario, somos de la opinión que la medida fue ilegal e injusta, además contagiada por resentimientos y politiquería. Los fallos recientes en dos instancias diferentes revelan que la empresa no es responsable de la contaminación del río La Villa, una cuenca de más de 170 k de largo y en la que participan más de 200 productores de caña y maíz, y que entre todos utilizan miles y miles de kilos de atrazina.

De nuevo, nunca podremos estar de acuerdo en el cierre arbitrario de una empresa, pero la publicación la semana pasada de un informe sobre la atrazina por el Environmental Protection Agency en los Estados Unidos (EPA) es oportuno, porque advierte sobre el impacto ambiental del segundo herbicida más utilizado en el mundo y de sus efectos adversos para la salud por su capacidad de contaminación del agua.

Aunque no es la primera vez que se evalúa la atrazina, sí es la primera vez que una agencia federal estadounidense llega a la conclusión de que la atrazina plantea un riesgo potencialmente grave para la vida silvestre. El informe sobre la atrazina está abierto a consulta pública hasta septiembre y le seguirá un informe similar que abordará los efectos en la salud humana.

La atrazina es generalmente rociada sobre el maíz y otros cultivos, pero no solo se queda en los campos de cultivo sino que termina en aguas superficiales y subterráneas. El informe encontró que los niveles del herbicida en el ambiente exceden lo que la agencia considera ‘niveles de preocupación por riesgo crónico ' a razón de 22 198, y 62 veces para las aves, mamíferos y peces, respectivamente. Y aunque la atrazina rara vez mata a los animales de plano, se ha demostrado que les afecta negativamente su desarrollo hormonal y reproductivo. También es nuevo en el informe el reconocimiento de que estos efectos negativos para la salud de los animales pueden manifestarse a niveles de exposición muy inferiores a los que realmente se han encontrado en campo a través del monitoreo ambiental. Igualmente están sucediendo en niveles por debajo de lo que el EPA ha establecido como límites de seguridad del agua potable para la atrazina.

La producción mundial de atrazina es superior a las 200 000 toneladas por año. Más de 90 % se utiliza en el maíz, pero también se aplica sobre la soja, caña de azúcar, trigo, avena y sorgo, entre otros cultivos. La atrazina también se utiliza para matar maleza en los pastos. Según el EPA, hay aproximadamente 200 productos diferentes aprobados que contienen atrazina para uso en el agro y jardinería. Y, a pesar de que desde su creación en 1958 para uso agrícola, la atrazina está prohibida en Europa, restringida en Norteamérica y permitida en África, Asia y América Latina. Y si bien no es considerada una sustancia tóxica aguda, sus problemas de salud a largo plazo incluyen malformaciones reproductivas, atraso en el desarrollo hormonal y posibles efectos cancerígenos.

Según algunos defensores del medio ambiente, la evidencia del EPA apunta a la prohibición total de la atrazina en granjas y hogares. La evaluación científica refuerza la tesis de que las dosis sugeridas causan un gran impacto en la vida acuática de aves, peces y mamíferos. Lo malo aquí es que, para que la atrazina sea eficaz contra la hierba mala, tiene que usarse en ciertas concentraciones que hacen inevitable la contaminación del agua. La información contenida en este informe sugiere que el EPA no puede proteger la vida silvestre, simplemente requiriendo cambios en su forma de utilización. El único camino para el futuro es una prohibición total.

Las voces de la industria no han esperado en llamar ‘científicamente injustificado ' el informe del EPA. El fabricante de atrazina, Syngenta, una empresa suiza, ha señalado que las bases del estudio son defectuosas y que la seguridad de la atrazina ‘se ha establecido en casi 7 000 estudios científicos durante más de 50 años ' y añadió que el herbicida es esencial para mantener la rentabilidad de los productores de maíz.

El proyecto del EPA estará abierto para comentarios del público hasta finales de septiembre. Después de revisar los comentarios, el EPA revisará el informe y lo pasará a un grupo de asesores científicos, quienes en algún momento del próximo año darán su dictamen al público. Esperamos que cuando llegue el informe final, todos nos hayamos confesado, porque aquí no se salva nadie.

*EMPRESARIO, CONSULTOR EN NUTRICIÓN Y ASESOR EN SALUD PÚBLICA.

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