• 11/05/2011 02:00

Crisis inflacionaria y problemática existencial

D ías atrás, en un interesante coloquio con colegas economistas y juristas, reflexionábamos sobre temas de orden económico, jurídico y s...

D ías atrás, en un interesante coloquio con colegas economistas y juristas, reflexionábamos sobre temas de orden económico, jurídico y social que inciden desfavorablemente en el bienestar de la población.

La globalización es una corriente económica que propugna el neoliberalismo, bajo el presunto libre mercado, ‘... mediante un proceso de creciente comunicación e interdependencia, donde los países unificarán sus mercados, sociedades y culturas...’, en conclusión una aldea global. Este proceso de transformaciones económicas, tecnológicas, sociales y culturales implementadas mediante políticas internacionales, afectan nuestra forma de vida en Panamá.

Aún cuando puede reconocerse que la Humanidad ha alcanzado grandes logros en la medicina, agricultura, transporte terrestre, marítimo, espacial y comunicaciones, entre otros, por la evolución tecnológica. Su descontrol genera conductas contraproducentes en el comportamiento de los seres humanos.

Nos referimos al marcado consumismo en bienes y la adicción a las telecomunicaciones y tecnología virtual, promovidas por intereses empresariales corporativos, que unidos a la ausencia de adecuadas políticas de protección al consumidor permiten se vulnere la paz mental, emocional y estabilidad económica del consumidor.

Otro caso es el de los programas radiales, televisivos y publicaciones que fomentan conductas delictivas, doble moral, juegavivo y corrupción, carentes de principios éticos y valores morales que contribuyen a distorsionar la conducta de nuestros niños y jóvenes, profundizando la crisis de valores, por la que atravesamos. Así como la promoción de cuñas con publicidad engañosa, entre otros.

Vivimos en una sociedad convulsionada, donde ‘ya no trabajamos para vivir, sino que vivimos para trabajar’; con la modalidad de un esclavismo disfrazado.

La prueba más palpable de este hecho, la podemos observar en el ‘cacareado’ crecimiento económico, abanderado por diferentes gestiones gubernamentales, como prueba de su ‘eficiencia’ en la gestión pública; aún cuando tal crecimiento (superior al 7% por más de un quinquenio) no se refleja en el mejoramiento de la calidad de vida de las grandes mayorías, porque los beneficios continúan concentrándose en un reducido 15% de la población.

Hecho que aunado a la actual crisis inflacionaria, donde se dispararon los precios de los hidrocarburos y sus derivados, por ende el transporte y fundamentalmente la canasta básica de alimentos, reduciendo la capacidad adquisitiva, se incrementan los niveles de estrés de la población, frente a la impotencia al no encontrar solución a la problemática existencial en que se vive.

Crisis inflacionaria, esta, que según investigación realizada y publicada por la Comisión Universitaria de Seguridad Alimentaria, de la Universidad de Panamá, indica que ‘... la inflación en Panamá no se puede explicar solo por factores internacionales...’ (aumento en el precio del petróleo).

‘Existe una creciente presencia de control monopólico y oligopólico en el mercado que está generando presiones inflacionarias provenientes de la especulación’. —Esta posición, desvirtúa la tesis de quienes aseguran que no existe posibilidad de realizar una política interna para disminuir sus efectos—.

‘Esto significa que existe un claro espacio para la política económica interna, siempre y cuando el objetivo sea preservar la capacidad adquisitiva de la población’.

*ECONOMISTA Y EDUCADORA.

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